Con motivo de la reciente visita a Torreón del escritor Juan Villoro, cuya gran pasión es el futbol, vino precisamente a dictar una conferencia sobre este deporte, un amigo aficionado a la pelota, el ingeniero Alfonso Gómez, me preguntó desconcertado por qué si el beisbol, según se afirma, además de técnica exige inteligencia, no hay en nuestro país escritores de la talla de Villoro que gusten del Rey de los Deportes y escriban sobre él.
Le contesté que en una parte de su pregunta tiene razón pero no en la otra. No la tiene en cuanto a las preferencias deportivas de los más reconocidos escritores mexicanos contemporáneos, pues su inclinación es por el beisbol. Sólo por mencionar algunos, entre éstos se cuentan Vicente Leñero, Eduardo Lizalde, José Agustín, Gerardo de la Torre y Daniel Sada.
Pero en la otra parte de su pregunta, lamentablemente al ingeniero Gómez sí le asiste la razón, pues no tienen esos excelentes literatos mexicanos al beisbol entre los temas sobre los que escriben. El propio Leñero así lo ha reconocido: "Ni en las grandes rachas de auge beisbolero nacional... el beisbol -ha escrito- ha logrado inspirar con energía a nuestros conspicuos literatos. ¡Vaya!: ni fanáticos tan apasionados y tan expertos como Tito Monterroso, por poner un ejemplo, escriben sobre temas de beisbol".
El mismo Leñero se ha quejado de que no tengamos literatura beisbolera, salvo la que nos viene de Estados Unidos. Pero se duele de que si llegamos a tenerla disponible en castellano, además de escasa es en traducciones verdaderamente infames hechas por españoles que "ignoran y desprecian el beisbol".
Ha dicho también Leñero que resulta más conveniente olvidarse de andar buscando literatura beisbolera extranjera mal traducida y darse mejor a la tarea de escribirla originalmente en nuestro idioma. Y qué mejor que redactada por quienes aman la lengua de Cervantes y además conocen y gustan del beisbol.
Fue así como en 2005 se publicó, con el título "Pisa y corre. Beisbol por escrito", una excelente colección de doce textos sobre el Rey de los Deportes escritos por nuestros más reconocidos narradores y poetas, todos ellos galardonados, a saber: José Miguel García Ascot (fallecido), Raúl Renán, Eduardo Lizalde, Vicente Leñero, Gerardo de la Torre, Sergio Ramírez (nicaragüense muy ligado a lo mexicano), José Agustín, Francisco Hernández, Alberto Blanco, Eliseo Alberto y Daniel Sada. Como se les menciona según su edad, cabe señalar que el primero nació en 1927 y el último en 1953. Como se ve, se trata de dos generaciones de literatos.
Una verdadera delicia resulta leer y aún releer esos textos. Todos son amenos y están espléndidamente escritos. Algunos dejan por ahí alguna moraleja. Como botón de muestra va el siguiente fragmento de "La vida en el diamante", del poeta Alberto Blanco:
"Más impredecible que una bola de nudillos; / más generosa que un jonrón con casa llena; / más triste que una carrera de caballito; / más abnegada que un catcher; / más azarosa que un break; / más contundente que un ponche; / más discutible que un balk; / más delicada que un toque de bola; / más peligrosa que un robo de home; / más dulce que una victoria en casa; / más preciosa que un triple play sin asistencia; / más perfecta que un juego perfecto/ (es) la luz en las 10,000 facetas / de la vida en el diamante".
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