La batalla entre narcotraficantes y el Ejército que se vive día a día en ciudades del norte del país como Monterrey es el tipo de violencia que hoy espanta a las empresas estadounidenses para instalarse en México, de acuerdo a un sondeo con firmas estadounidenses.
Este tipo de violencia es un factor negativo para la llegada de nuevas inversiones de empresas estadounidenses al sur de la frontera, donde los criminales organizados están recurriendo cada vez más a los secuestros, la extorsión y los robos de carga a pesar de la ofensiva del Gobierno contra los cárteles de la droga.
Como resultado, sólo la mitad de las empresas estadounidenses encuestadas recientemente por la Cámara de Comercio México-Estados Unidos dijo que seguiría adelante con los planes de nuevas inversiones en México y varias empresas, incluyendo Whirlpool Corp., han anunciado que instalarán nuevas fábricas en otros lugares al referirse a las preocupaciones sobre la seguridad.
Una de cada 10 compañías reportó secuestros y el 60 por ciento dijo que sus empleados fueron golpeados o amenazados en 2010.