Durante nueve días, Liduvina Castillo, viuda del nigeriano Isacc Echinedú, está en huelga de hambre, pero aún se siente fuerte.
Al no recibir la respuesta esperada, arreciará su protesta.
En compañía de Wilmer Metelus, representante del Comité Ciudadano de Defensa de Naturalizados y Afromexicanos, sólo alimentará con agua a su organismo.
La mujer explicó que su huelga consistía en beber agua, suero, jugos y algunos dulces de miel; sin embargo, desde este miércoles arreciará su protesta ante la falta de respuesta de las autoridades, quienes aún no presentan a todos los policías que causaron la muerte de su esposo.
Liduvina Castillo dijo que tampoco permitirá las revisiones médicas que hasta ayer le hacía la Secretaría de Salud del Distrito Federal.
"Estamos indignados porque nos siguen engañando y nos ven la cara de tontos", dijo Liduvina.
Frente a la sede del Gobierno del Distrito Federal (GDF) comentó que nada sabe sobre los policías auxiliares que ahora son buscados por las autoridades, acusados de participar en la agresión a su esposo, hoy occiso.
Fue el 11 de mayo cuando, el nigeriano Isacc Echinedú salió de casa de su suegra, donde celebraron el día de las Madres, para ir a su hogar.
Cuando esperaba un taxi fue sorprendido por policías que intentaron hacerle una revisión sin razón alguna. Lo llamaron negro, le gritaron y agredieron, tras lo cual el nigeriano intentó cruzar la calle y fue atropellado.
"Nos sentimos cansados, mareados, con dolor de cabeza, pero aún fuertes para aguantar la huelga", dijo.
En relación a las firmas que recaban para exigir a las autoridades justicia en el caso, dijo que llevan más de cuatro mil, y son varias las personas que se le acercan a brindarle su apoyo.
Liduvina Castillo consideró que no será la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) quien muestre el video de los hechos, el cual tiene una duración de hora y media.
Al respecto mencionó que debe ser la Procuraduría capitalina quien muestre dicha grabación, la cual es considerada una prueba ministerial y por lo cual nadie más puede mostrarla.