Enfrentamientos. Manifestantes enfrentándose con la Policía en Túnez, luego que el presidente Zine El Abidine Ben Ali se dirigiera a la nación, antes de abandonar el país y el poder en medio de las protestas violentas en todo el país. EFE
Un nuevo presidente interino asumió ayer en Túnez en el segundo cambio de mandatarios en menos de un día, mientras el país se sacudía con motines carcelarios, saqueos de comercios y tiroteos en las calles luego de la huida del presidente despótico que estuvo 23 años en el poder.
En medio de la inestabilidad política, los saqueadores vaciaron tiendas y supermercados e incendiaron la principal estación de tren de la capital, mientras que soldados y policías se tirotearon con manifestantes frente al ministerio del Interior. Al menos 42 personas murieron en el incendio de una cárcel en una ciudad balnearia y el director de otra prisión dejó ir a mil presos luego de una rebelión violenta que también causó muertos.
El nuevo presidente, Fouad Mebazaa, hasta ahora líder de la Cámara Baja del parlamento, ordenó crear un Gobierno de unidad que podría incluir a la oposición, excluida por largo tiempo del escenario político por el autoritario presidente Zine El Abidine Ben Alí.
Ben Alí se refugió en Arabia Saudí el viernes luego que una revuelta popular de un mes contra la corrupción, el desempleo y la falta de libertades dejó decenas de muertos. Las manifestaciones habían sido pacíficas en su mayor parte, pero el día después quedó marcado por el caos y la muerte.
Fue la segunda vez en 24 horas que el poder cambió de manos en el país norafricano.