Hogar. Los hijos de María duermen en una cama de hule espuma (foto) ante las carencias económicas.
María del Socorro Arredondo Morales es una de las 840 mil duranguenses que viven en pobreza en el Estado.
Su casa es un pequeño cuarto de cartón, lámina y madera sobre la calle Grecia 313 de la colonia Leticia Herrera.
Sus muebles son una cama, una estufa y un viejo armario que comparte con su esposo y sus 4 hijos de 2, 3, 4 y 8 años de edad.
El más pequeño de sus hijos duerme con ella y con su esposo en la misma cama al no haber más.
Los otros duermen en un pedazo de hule espuma que les sirve como cama, una base de no más de 10 centímetros de espesor donde insistentes se paran las moscas.
María admite que su situación es difícil: "No completamos para comer, están muy caras las cosas ahorita, ya no se puede comprar como antes lo indispensable, nosotros casi ni comemos carne, pura sopita, frijoles y tortillas cuando hay".
De acuerdo con los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) el índice de pobreza en Durango pasó de 780 mil 300 personas (48.7% de la población) en 2008 a 840 mil 600 (51.3% de la población) en el año 2010.
El esposo de María es el sostén del hogar, se gana la vida como trabajador de la construcción -ahorita hace uno que otro trabajillo-, dice la ama de casa.
"Cuando no tenemos para comer vendemos nuestras cositas, lo poquito que tenemos, o juntamos cobre, botes, botellas de plástico y con eso sacamos para pasarla", asegura sonriente la mujer mientras sus hijos juegan en la tierra, se corretean y se suben al lavadero que tiene afuera de su casa.
Su hogar dista de ser agradable: "Está muy caliente, nos cocemos en el día y por eso nos salimos al patio", dice María en un día normal.