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¡Y después hablamos!

El filósofo de Güémez

RAMÓN DURÓN RUIZ

El fin de semana próximo pasado fui distinguido por el Dr. Marco Antonio Polo Scott y por el maestro Raúl Carrillo García, para que en la Maestría en Tanatología que imparte el Instituto Mexicano de Psicooncología (IMP), Zona Norte, en Cd. Victoria, Tamaulipas, impartiera la materia de "Antropología de la Muerte"; acontecimiento que desde cualquier perspectiva siempre será un evento doloroso.

La muerte trae consigo el duelo, con emociones encontradas que nos llevan desde la negación, hasta trascender la partida, enseñándonos a aprender el desapego, la fragilidad de la carne, la conciencia del poder que tiene el lograr transformar la percepción de la vida. El hombre puede "jugar" a ser ateo o dudar de la trasmutación o inmortalidad del alma, pero no encontraremos quien niegue la presencia de la muerte.

Cuando tienes los sentidos corporales abiertos a la enseñanza y eres capaz de seguir los dictados de amor de tu corazón y no de los que dicta el raciocinio, -que a veces te lleva a la tiranía de lo perfecto-, se aprende mucho cuando se está frente a un enfermo terminal, a un ser moribundo que siente la proximidad de su expiración.

Tres son las enseñanzas que nos deja la presencia de la muerte:

1.- Ante su cercanía, como componente cumbre de la vida, todos tenemos asuntos pendientes por resolver, importante es procesarlos a través de la magia que el perdón posee, que además de ser un modo de sanación y liberación, nos aligera la pesada carga del resentimiento, invitándonos a trabajar para llenar su vacío del energético poder del amor.

2.- El hombre es un animal que toma conciencia de la muerte y a pesar de que es inevitable, le teme, le rehúye, la evade; puede hablar de ella, pero de la de los demás; harto difícil es hablar de la propia, por eso es trascendente trabajar sobre sí mismo, aprendiendo a amarte, respetarte y quererte, "en vida, hermano... en vida".1

3.- Vida y muerte son indisolubles, "No se puede hablar de la vida sin la muerte, tampoco se puede hablar de la muerte sin la vida". 2 Necesario se hace día a día, aprender a celebrar la fiesta de la vida, aprender las lecciones que nos deja, a entender que cada segundo, que cada instante, forma parte del milagro del nuevo amanecer... que se hace necesario aprender a valorar.

Por eso debes recordar que: "Si quieres cambiar la perspectiva de la muerte... debes cambiar tu perspectiva de la vida" sintiéndote parte de "lo divino que ha bajado a lo humano", sabiendo ejercer "El arte de vivir bien y hacerlo a plenitud... para morir mejor".

Desde la antigüedad, el ser humano ha interpretado que el cuerpo es el envoltorio temporal del alma, al morir ésta prosigue en un plano distinto, porque llegó a esta terrenalidad a cumplir una misión: evolucionar.

A pesar de que la muerte es un "acontecimiento universal e irrecusable, [...una estación]"3, la antropología nos lleva a interpretarla holísticamente como un todo desde los distintos planos: el físico, el social, el biológico, el cultural y el religioso.

En todas las regiones de la creación, a la muerte se le mira desde una perspectiva diferente, se le interpreta de manera distinta, de acuerdo a sus funerales, ritos, mitos, creencias y valores del duelo de las culturas; unas "arcaicas", otras "aculturizadas", en estas sus tradiciones, actitudes, creencias y costumbres han sido avasalladas por la "modernidad" y han ido paulatinamente desapareciendo, invitando a los estudiosos a analizar las posiciones del hombre "moderno" frente a la muerte.

Lo antinómico de la muerte, es el milagro de la vida, si gozas de ella aprende a disfrutarla, gozarla y vivirla a plenitud, con las dos alas que Dios te dio para volar por el universo: el amor y el humor; a propósito de éste, en el Ministerio de Defensa Cubana había un General de Brigada que estaba loco por una hermosa Capitán que con su incandescente carnalidad le alteraba sus sentidos. Una tarde se acerca a ella diciéndole:

- ¡Chiquitica!, que mañana me ascienden a General de División y tu bien sabe que tendré a mí cargo el mando de personal. Si vos estuviese de acuerdo a hacer el amor conmigo... mira que te asciendo a la voz de ya.

La Capitán le contesta que sí; cuando ya estaban en plena intimidad, ella le dice:

-Bueno mi General y ¿A qué grado va a ascender a ésta su reina?

-Bueno chiquitica ¡a Cabo Primero! -responde el General.

-¡¡¡Cómo que a Cabo Primero... si ya soy Capitán!!!

-No, chiquitica, escuche bien lo que le digo: acabo primero... ¡y después hablamos!

1 Ana María Rabatté.

2 Reflexiones sobre la vida y la muerte -La Pluma del Conocimientowww.bahaidream.com/lapluma/revista03/muerte.htm

3 www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-73562001000200004

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