"Pido al IFE que no estorbe, que no limite las ideas. Seguir poniendo bozales, seguir impidiendo que los ciudadanos nos expresemos, me parece criminal."
Vicente Fox
Si es verdad que a los ciudadanos se nos ha castigado y se nos han limitado las libertades políticas porque Vicente Fox se portó mal en la elección de 2006, me parece que tenemos derecho a preguntar: ¿Y yo por qué?
Por lo menos dos consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE) han reaccionado de manera significativa ante las críticas del ex presidente Vicente Fox cuando éste criticó al IFE por estar empeñado en destruir la democracia y en poner bozales a los aspirantes a cargos de elección popular. La respuesta fue que el verdadero responsable de la legislación electoral de 2007 que restringió las libertades individuales fue el propio Fox.
Según Alfredo Figueroa, uno de los consejeros del IFE, "el ciudadano Vicente Fox tendría que atender cabalmente la responsabilidad que supuso en su momento incidir de manera no adecuada en el proceso electoral." Leonardo Valdés, consejero presidente del IFE, apuntó a su vez: "Creo yo que quien era presidente en 2006 debe hacerse cargo de que la reforma fue producto de hechos de los que él fue un actor sobresaliente."
Yo no sé realmente si el entonces presidente Fox se portó mal en la elección de 2006. Tampoco me queda claro que pueda achacársele la legislación electoral que estamos sufriendo, promulgada después de que dejó el poder, y que llevó al Tribunal Electoral a ordenar al IFE que multara a una emisora de televisión de Nayarit por el delito de organizar y difundir un debate entre candidatos.
Pero si Fox es realmente responsable, no entiendo por qué el resto de los ciudadanos tengamos que pagar por sus faltas. Que castiguen al expresidente y que lo obliguen a asistir durante un año a todas las presentaciones de campaña de Andrés Manuel, pero que nos dejen en paz y libertad a los ciudadanos.
La verdad es que los miembros de la clase política nacional, entre quienes los consejeros del IFE y los magistrados del Trife ocupan un lugar relevante, tienen una vocación autoritaria que no pueden evitar. Fox no hizo como presidente nada diferente de lo que hacen Barack Obama en los Estados Unidos o Nicolás Sarkozy en Francia. Cualquier gobernante de un país democrático defiende sus puntos de vista políticos y cuestiona los de sus rivales. Ésa es la esencia de la democracia. El que esto sea considerado un exceso en nuestro país nos revela lo mucho que la clase política y los burócratas electorales se han distanciado de la democracia.
Bajo el pretexto de buscar una equidad que no sólo no se ha logrado sino que se ha vuelto más lejana que nunca, el Congreso de la Unión, las legislaturas locales y el presidente Felipe Calderón promulgaron en 2007 una nueva ley electoral que fue diseñada para impedir la expresión de las ideas políticas en medios electrónicos fuera de los tiempos del IFE. La mordaza se ha aplicado en este caso a los candidatos de Nayarit que cometieron el delito de participar en un debate de televisión. Fox no tiene la culpa. Los políticos no reaccionaron emotivamente y cegados por algún exabrupto de él. Tan sabían lo que estaban haciendo que modificaron la Constitución para que los límites a la libertad de expresión no pudieran ser declarados inconstitucionales por la Suprema Corte. Una democracia real vive de la libre expresión de las ideas, de la libertad de de escuchar por igual a un Fox o a un Andrés Manuel López Obrador, de decidir nosotros mismos quién nos persuade más. Esto es lo que hemos perdido con la ley electoral que con tanto celo tutelan ahora el Trife y el IFE. Y la culpa no la tiene realmente Vicente Fox.
SUELDOS DISPARES
Los graduados universitarios en Estados Unidos están empezando a trabajar en este 2011 con salarios promedio de 51 mil dólares al año, más de 50 mil pesos mexicanos al mes. Los graduados universitarios mexicanos, en cambio, a duras penas alcanzan los 5 mil pesos al mes.
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