EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

¡Ya! En serio

Sobreaviso

RENÉ DELGADO

Una pequeñísima oportunidad se abre a partir del lunes para colocar al centro del debate un asunto distinto al monotema de la inseguridad y a la obsesión-ambición electoral de los partidos: la reforma fiscal que impulsa la fracción parlamentaria tricolor del Senado.

Satisfechos, es un decir, los dos primeros compromisos electorales del año y antes de darse los relevos en las direcciones nacionales del PRI y el PRD, median escasamente tres semanas para privilegiar el debate sobre la reforma fiscal y resolverlo... Resolverlo así sea negando su posibilidad, pero asumiendo posturas de fondo y no repitiendo lugares comunes a partir de consignas que poco contribuyen a explorar un mejor derrotero económico para el país.

Rema en contra de esa oportunidad un asunto remoto: el estallido social en el norte de África, donde a la caída del gobierno de Túnez siguió la crisis en Egipto y, frente al cual, Yemen toma sus providencias. Esa crisis presiona al alza el precio del petróleo (aunque también al de la importación de gasolina) y sería irresponsable dormirse sobre los barriles del crudo para postergar, una vez más, la necesidad de incentivar, por la vía fiscal, la economía nacional.

***

El reloj sexenal no favorece la posibilidad de emprender grandes reformas. Peor aún, en términos de propaganda, se advierte la tentación en el gobierno y los partidos para lanzar reformas destinadas al fracaso, esto es, proponerlas para derivar ganancias de su rechazo, exhibiendo a quienes resisten "el cambio".

Por eso, lo que resta de febrero constituye la oportunidad de hacer algo porque, a fin de cuentas y más allá de quien suceda a Felipe Calderón, si el próximo gobierno no tiene margen de maniobra, el futuro será la extensión de la mediocridad reinante.

Agotadas las elecciones en Guerrero y Baja California, marzo quedará marcado por la formalización del relevo de Beatriz Paredes por Humberto Moreira en el PRI y, hasta ahora, más allá de las gracejadas, el coahuilense no ha sustantivado su discurso. Acto seguido, la renovación de la dirección del partido del sol azteca impedirá a esa fuerza concentrar la atención en asuntos externos a su estructura. Y, sobra decirlo, la temperatura política se elevará considerablemente a partir de abril, por el sobrecalentamiento de la elección en el estado de México.

De ahí la importancia de aprovechar estos días e intentar elevar el nivel del debate para aprobar, modificar o, aún, para rechazar la propuesta de reforma fiscal impulsada por la fracción senatorial del PRI.

***

Sin duda, los senadores Manlio Fabio Beltrones y Francisco Labastida miden los tiempos para presentar formalmente esa iniciativa, cuidando que no vayan a ser sus propios compañeros de la Cámara de Diputados quienes le peguen el tiro de gracia a la propuesta. Sin desconsiderar ese factor, urge que la formalicen y presenten para determinar su destino hacia finales de este mismo mes.

Aun cuando la clase política piensa lo contrario, la agenda ciudadana se encuentra muy lejos de la suya. De acuerdo con la encuesta trimestral de Reforma (1o. de diciembre de 2010), el eje de la preocupación ciudadana se concentra en dos problemas: inseguridad y economía. Las preocupaciones de la clase política no son las de la ciudadanía. La inseguridad y la economía, sí.

Ante el problema de la inseguridad, el gobierno no puede dar respuesta inmediata o mediata a la ciudadanía. De hecho, la percepción ciudadana frente a ese problema -de acuerdo con la misma encuesta- es que el gobierno va perdiendo esa guerra y, por consecuencia, el proyecto de reforma fiscal anunciado por los senadores tricolores es importante.

Lo es por varias razones: aborda un tema del interés ciudadano y de los políticos, su eventual aprobación, aun con modificaciones, establecería un puente entre ciudadanía y clase política; toca un asunto importante para el país porque, aun cuando se plantea como un asunto fiscal, en el fondo propone reactivar la economía interna que es donde el empleo se traduce en satisfacción social; y, por último, debatirla y acordarla dejaría sentir que algo se puede hacer por el país.

***

Dos voces resistentes siquiera a debatir el tema llaman hasta ahora la atención: la del coordinador de los diputados tricolores, Francisco Rojas, e increíblemente la del secretario de Hacienda, Ernesto Cordero.

Asombra su resistencia pero, sobre todo, los argumentos que oponen al debate. Rojas echa mano de dos postulados, harto socorridos: no al IVA en alimentos y medicinas y que la situación económica hace inoportuna la discusión. A su vez, Cordero señala desconocer la propuesta pero, de entrada, le suena rara: la desconoce, pero la descalifica. Luego, en supuesta rectificación de ese primer desatino, dice que hasta ahora la reducción de impuestos nunca se ha traducido en mayor ingreso en la recaudación y, sin decirlo, sugiere que para recaudar fondos no hay mejor camino que el de los gravámenes. Bromea en el noticiario de Carlos Puig: para que haya caldo de gallina es necesario que haya gallina. ¡No ve el gallinero, ve la gallina!

¡Qué curioso! En la lógica de ambos personajes no hay mejor cambio que aquel que no se realiza, no hay nada más seguro que seguir haciendo lo que se viene haciendo aunque no esté muy claro si es lo correcto.

Llaman la atención porque siendo que, a todo lo largo del sexenio, el problema de la inseguridad no sólo ha dominado el debate sino ha sepultado otros temas de importancia, ahora que se abre ese resquicio pretenden cerrarlo sin ni siquiera explorarlo.

***

Por el estilo de la dirección entrante del priismo, por lo complejo que resultará la renovación de la dirección perredista, por las dificultades de comunicación entre el Gobierno Federal y su partido, por la bajeza con que se están conduciendo los partidos en las elecciones estatales, el horizonte del año no ofrece muchas oportunidades para darle garantías a la sucesión presidencial como tampoco al próximo gobierno.

Si, antes de conocer a plenitud la propuesta fiscal anunciada por los senadores priistas, ésta se descalifica a partir de los más chatos razonamientos, convendría dar por clausuradas las funciones gubernamentales y legislativas por el resto del sexenio y darle rienda suelta a las pasiones electorales, a la polarización ciudadana, a la política de guerra sucia... y, desde luego, a la violencia.

Por eso, vale decir: ¡Ya! En serio. Hay muy pocas oportunidades para hacer algo de fondo este año: las aprovechamos o las echamos al cesto de la basura.

Sobreaviso@latinmail.com

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 597589

elsiglo.mx