ASESINADO Francisco I. Madero y usurpada que fue la Presidencia de la República por el traidor Victoriano Huerta, el gobernador Venustiano Carranza y un grupo de valientes coahuilenses tomaron la decisión de levantarse en armas para convocar al país y restablecer el orden constitucional.
El régimen espurio de Huerta ya había sido reconocido, especialmente por el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, el poder Judicial Federal y el Legislativo de la nación, así como por varios gobernadores de los estados.
LA LUCHA QUE iniciaban los coahuilenses era solitaria contra los tres poderes de la unión. El 18 de marzo recibió Carranza en Saltillo el siguiente comunicado: "Autorizado por el Senado, he asumido el Poder ejecutivo estando preso el Presidente y su gabinete. Victoriano Huerta."
Ante estos hechos el gobernador Carranza y antes de tomar una decisión, se reúne en su casa ubicada en la calle Hidalgo número 45 en Saltillo con el tenientes coronel Luis G. Garfias, capitán Jacinto B. Treviño y Aldo Baroni. Ahí se toma la decisión de pedir a la legislatura del estado rinda un dictamen sobre la situación que prevalecía en la capital del país. La H. Cámara de Diputados de Coahuila resuelve desconocer al usurpador Victoriano Huerta.
CARRANZA promulga el decreto número 1421 de fecha 19 de febrero. En ese decreto se fijan y determinan las bases para la creación del Ejército Mexicano, cuando en su artículo 2º. especificó: "Se conceden Facultades extraordinarias al Ejecutivo del Estado en todos los ramos de la administración pública para que suprima las que crea convenientes y proceda a armar fuerzas para coadyuvar al sostenimiento del orden constitucional de la República".
EN ESOS MOMENTOS Carranza únicamente contaba con 290 soldados leales: el Teniente irregular Francisco Coss con 30 gendarmes; el Teniente irregular Cesáreo Castro con 60 hombres en Torreón y el 25º. Regimiento Federal al mando del coronel Luis G. Garfias con 200 hombres. Con ellos y Lucio Dávila, Luis Gutiérrez, Juan Dávila, Alfredo Breceda y el Dr. Daniel Ríos Zertuche cabalgó hasta la Hacienda de Guadalupe en Ramos Arizpe.
Entre tanto, en la ciudad de Saltillo el coronel Medardo González Peña (padre de este colaborador) que fungía como Jefe de Policía en Saltillo y que posteriormente fuera "Jefe del Regimiento Acuña", por instrucciones del jefe constitucionalista requisó vehículos y armas en la ciudad de Saltillo, las que entregó y puso en manos del varón de Cuatrociénegas. Éstas serian las primeras armas aportadas a la revolución que finalmente cambió al país.
EN LA HACIENDA DE GUADALUPE, Venustiano Carranza el 26 de marzo de 1913 promulgó el plan del mismo nombre que establecía:
"1º.- Se desconoce al general Victoriano Huerta como Presidente de la República. 2º.- Se desconoce también a los Poderes Legislativo y Judicial de la Federación. 3º.- Se desconoce a los Gobiernos de los Estados que aún reconozcan a los Poderes Federales que forman la actual Administración, treinta días después de la publicación de este Plan.
4º.- Para la organización del ejército encargado de hacer cumplir nuestros propósitos, nombramos como Primer Jefe del Ejército que se denominará "Constitucionalista", al ciudadano Venustiano Carranza, Gobernador del Estado de Coahuila.
5º.- Al ocupar el Ejército Constitucionalista la Ciudad de México, se encargará interinamente del Poder Ejecutivo al ciudadano Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército, o quien lo hubiere sustituido en el mando. 6º.- El Presidente Interino de la República convocará a elecciones generales tan luego como se haya consolidado la paz, entregando el Poder al ciudadano que hubiere sido electo.
7º.- El ciudadano que funja como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista en los Estados cuyos Gobiernos hubieren reconocido al de Huerta, asumirá el cargo de Gobernador Provisional y convocará a elecciones locales, después de que hayan tomado posesión de su cargo los ciudadanos que hubieren sido electos para desempeñar los altos Poderes de la Federación, como lo previene la base anterior".
ASÍ SE INICIABA LA GESTA promovida por coahuilenses que transformó a México y que dio lugar a la Revolución Mexicana que finalmente promulgó la Constitución de 1917. Esta constitución sigue rigiendo el país de manera muy significativa en la vida laboral con su artículo 123, hoy tan debatido y cuestionado por muchos que ni siquiera lo han leído.
SE TRATA DE UN CENTENARIO que debemos rememorar en Coahuila y en el país que nos dejó el ejemplo de cómo un grupo de coahuilenses, valientes, desinteresados y de buena fe, se enfrentó a todos los poderes del país para restaurar el estado de derecho.
POSDATA III
No obstante las denuncias sobre el manoteo en Simas, no existe autoridad en el R. Ayuntamiento que pueda meter en cintura al Ing. Mario Cepeda Villarreal, quien se dice es el dueño del 20% del valor de las facturas que Simas paga a sus proveedores. Pero lo más grave: se rumora además que Mario Cepeda pretende también manotear en el negocio de la pavimentación de las obras que hace Simas.
¡Qué lástima que un solo empleado desacredite a toda una administración municipal!
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