De acuerdo al portal de Internet “artehistoria”, Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec-Monfa nació el 24 de noviembre de 1864 en el Albi, Francia.
A los ocho años, él y su madre se trasladaron a la ciudad de París, donde inició sus estudios en el Lycée Fontanes. Desde entonces comenzó su actividad artística, y es que sus primeras lecciones de parte de René Princeteau lo ayudaron a elaborar sus primeros dibujos y caricaturas.
En 1874 comenzó a manifestar una rara enfermedad para esos tiempos, hoy conocida como picnodisostosis, desorden genético provocado por la consanguinidad de los padres que afecta al desarrollo de los huesos.
Debido a ella pasó casi dos años inhabilitado de las piernas, haciendo que despertara un gran interés por la pintura.
En 1881 Lautrec se trasladó a París donde fue apoyado por su tío Charles para emprender su camino como pintor. En abril fue aceptado en el estudio de Léon Bonnat, retratista de moda, pero al cierre de 1882 emprendió el camino al Taller Ferdinand.
Luego de experimentar con varias oleadas artísticas, Henri se convirtió en el pintor de la modernidad, formando parte del neo-impresionismo.
Las escenas de un mundo nocturno y los retratos estilo caricaturescos fueron sus temáticas más recurrentes, asegura la crítica especializada.
Sus grandes o más notorias influencias fueron por parte de Degmas, Whistler y Paolo Ucello.
Entre sus obras más sobresalientes se encuentran: “Baile en el Moulin Rouge” (1890), “Salón de la Rue des Moulins” (1894) y “La toilette”(1896), entres otras.
El 15 de agosto de 1901 sufrió un derrame cerebral, el cual lo dejó con el cuerpo medio paralizado, por lo que fue llevado al castillo de Malromé, cerca de Burdeos, donde falleció la madrugada del 9 de septiembre.
