El poeta, novelista, dramaturgo y ensayista argentino Leopoldo Marechal, vinculado inicialmente al vanguardismo, es recordado hoy a 112 años de su natalicio, ocurrido el 11 de junio de 1900.
La coherencia entre su vida y obra, así como su voluntario exilio espiritual y la firmeza de sus convicciones son aspectos que resaltan en la biografía del novelista que difunde el sitio “literatura.org”.
Dicho documento señala que pasó largas temporadas en la llanura de Maipú, con parientes dedicados a la ganadería, no obstante asistió a un colegio francés particular, donde aprendió a leer y escribir y luego ingresó a la Escuela Nacional de Profesores de la Capital, donde se preparó y tituló para dedicarse a la docencia.
Marechal es considerado un poeta precoz, ya que a los 12 años escribió sus primeros versos y publicó su primera obra “Los aguiluchos”.
A la edad de 18 años, cuentan, su padre falleció y como primogénito se vio obligado a hacerse cargo de la familia, por lo cual, tuvo que trabajar como profesor y bibliotecario hasta 1955.
Más tarde, ocupó cargos públicos en Argentina bajo el mandato de Juan Perón, lo cual lo enfrentó con sus compañeros de generación literaria e indujo al relego su obra durante dos décadas.
En 1926 estableció vínculos con los redactores de publicaciones españolas como “La Gaceta Literaria” y “Revista de Occidente”, mientras que en Francia se codeó con pintores y escultores del llamado Grupo de París, como Antonio Berni, José Fioravanti y Lino Eneas, entre otros, según
En su viaje por Europa, en 1929, publicó su obra “Odas para el hombre” y también se dio tiempo para redactar los primeros capítulos que conformarían la importante novela “Adán Buenosayres”, que juega el papel de alegoría, autobiografía y novela en clave, que tiene como personajes a los exponentes de la vanguardia porteña, entre los que destaca Jorge Luis Borges.
Dicha obra no tuvo buen recibimiento de la crítica, por ser considerada una copia de “Ulises”, de James Joyce, sin embargo, Julio Cortázar la destacó como una pieza tradicional de la novela en castellano, con libertad inédita y un magnífico uso del lenguaje narrativo.
En el ámbito personal, Marechal contrajo matrimonio con María Zoraida Barreiro, quién falleció en 1947 y a quien dedicó su obra “Laberinto de Amor”. Al año siguiente se trasladó a Europa y en 1950 conoció a Elbia Rosbaco, la nueva inspiración y destinataria de sus poemas.
“Creo que un poeta lo es verdaderamente cuando se hace `la voz de su pueblo´, es decir, cuando lo expresa en su esencialidad cuando dice por los que no saben decir y canta por los que no saben cantar. Todo ello lo hace el poeta en una función “unitiva” que yo concreté en mi arte poético”, expresó el argentino, según da cuenta el sitio oficial “marechal. org”.
Otras obras del poeta son “Días como flecha” de 1926; “Cinco poemas australes” de 1937; “El centauro” y “Sonetos a Sophia”, ambos de 1940; “La rosa en la balanza”, en 1944; “El banquete de Severo Arcángelo”, de 1965; “Megafón, o la guerra” editada en 1970.
También, “Descenso y ascenso del alma por la belleza” en 1939 y “Las tres caras de Venus”, entre muchas más que abarcan prosa, narrativa, poesía, drama y traducciones. Marechal falleció el 26 de junio de 1970, en Buenos Aires.