Con motivo del 108 aniversario del natalicio de Alejo Carpentier, que se conmemora hoy, el escritor cubano Leonardo Padura dará lectura a un ensayo sobre "El siglo de las luces", volumen publicado en México en 1962.
La actividad tendrá lugar en la sede cultural de la Fundación Carpentier, donde los participantes podrán intercambiar ideas con Padura, cita el portal Internet de Radio Habana Cuba.
Oriundo de Lausana, Suiza, Carpentier es considerado uno de los escritores fundamentales del siglo XX en lengua castellana, y especialmente uno de los artífices de la renovación de la literatura latinoamericana.
Su estilo, a decir de la crítica especializada, es una mezcolanza entre sueños, mitos, magia y religión, cualidad con la que renovó a la novela contemporánea.
Paralelo a su labor literaria, con la que recibió fama universal, realizó serias investigaciones sobre la música, arte que fue su gran pasión.
Carpentier dejó huella en la literatura a través de títulos como: "El siglo de las luces", "El recurso del método", "La consagración de la primavera", "Bajo el signo de Cibeles. Crónicas sobre España y los españoles", "El adjetivo y sus arrugas", "El músico que llevo dentro", y "La novela latinoamericana en vísperas de un nuevo siglo y otros ensayos", entre otros.
A los 12 años se mudó con su familia a París, Francia, donde se instruyó en el campo de la música con su madre, paralelamente se formó en el Liceo de Jeanson de Ssailly y aunque se matriculó en la carrera de Arquitectura nunca la concluyó, reseñan sus biógrafos.
Desde que se llegó al gremio periodístico, en la década de 1920, participó en movimientos políticos de izquierda, por lo que fue encarcelado. Producto de este hecho escribió: "Écue-Yamba-O!", que en 1933 se convirtió en su primera novela publicada.
El escritor vio nacer la vanguardia europea y la decadencia del Modernismo, pero se integró al grupo Minorista, que postulaba tanto la renovación estética como la crítica al régimen del dictador Gerardo Machado.
Ante tales pretensiones políticas, Carpentier se refugió en Francia, lo que le permitió entrar en contracto con los surrealistas André Breton, Paul Éluard, Louis Aragon, Jacques Prévert y Antonin Artaud. Además, desarrolló una gran fascinación por el arte Barroco.
De regresó a Cuba dirigió el diario "Tiempo Nuevo", asimismo trabajó en la radio y dictó clases de música en la Universidad de la Habana.
Viajó a México y Haití, en este último país la ceremonia del vudú lo impulsó a crear el concepto de "lo real maravilloso", que conformaría posteriormente el realismo mágico de su novela "El reino de este mundo", además de que se interesó en las revueltas de los esclavos del siglo XVIII.
Entre 1945 y 1959 vivió en Venezuela y escribió "Los pasos perdidos", novela en la que se sintetizan las claves estilísticas y temáticas del autor, a través de una trama en la que un musicólogo antillano, que reside en Nueva York, es enviado a un país sudamericano para encontrar raros instrumentos, cita el portal de Internet "biografiasyvidas.com".
Una vez que concluyó la Revolución Cubana, regresó a su tierra natal, donde se desempeñó como diplomático, además creó las novelas "El siglo de las luces", "La ciudad de las columnas", "Concierto barroco" y "El arpa y la sombra".
De su extensa obra destaca principalmente el estudio que plasmó en "Los pasos perdidos", que es el diario ficticio de un músico cubano en el Amazonas, quien intenta definir la relación real entre España y América siguiendo la conquista española.
También, en "El recurso del método" se estudia, reflexiona y profundiza sobre la imagen del dictador latinoamericano que también retrataron Gabriel García Márquez, Augusto Roa Bastos y más tarde Mario Vargas Llosa.
En reconocimiento al conjunto de su obra, el destacado escritor cubano recibió en 1977 el Premio Cervantes (España) y, dos años después, el Premio Médicis (Francia).
El 25 de abril de 1980, cuando recién iniciaba una nueva novela, la muerte lo sorprendió en París, Francia, donde pasó importantes etapas de su vida.
Después de su fallecimiento, recibió diversos homenajes como un Doctorado Honoris Causa post mortem de la Universidad de los Andes, en Venezuela, y la creación en Cuba de una fundación que lleva su nombre, entre otros.