Teniendo como antecedente la violencia política que se había venido desarrollando en Argentina durante los años setenta, un grupo cívico-militar se organizó para perpretar un golpe de estado que derrocó al gobierno constitucional de la presidenta María Estela Martínez de Perón e instituyó una junta militar, encabezada por el Teniente General Jorge Rafael Videla, el 24 de marzo de 1976.
La dictadura, que se autodenominó como Proceso de Reorganización Nacional, gobernó Argentina desde 1976 hasta 1983.
Caracterizada por el terrorismo de estado, la violación a los derechos humanos, la desaparición forzada de opositores y activistas, y demás crímenes contra la humanidad, la dictadura militar argentina es considerada la más sangrienta en la historia del país.
Un día como hoy, pero de 1981, Rafael Videla decide pasar el poder al Teniente General Roberto Eduardo Viola, con quien había mantenido una estrecha relación.
Viola toma el mando en un momento de alta tensión y problemas con la cúpula militar debido a la inestabilidad económica y la intranquilidad e insatisfacción de la población, que, vale decir, tampoco pudo cambiar, provocando que la Junta Militar lo destituyera del poder el 11 de diciembre, meses después de que ocupó el cargo mayor.
^AC