El día de hoy recordamos un aniversario más del inicio de la Revolución Mexicana, movimiento que luchó por un lado, en erradicar la desigualdad que existía en aquel entonces entre los mexicanos, de manera especial de aquellos que estaban bajo el yugo de los grandes hacendados y terratenientes porfirianos, por otro lado, dicho movimiento buscó retomar la democracia de nuestro país que estaba en mente de muchos forjadores de la Patria y que había sido olvidado por Don Porfirio, que se perpetuó en el mandato presidencial por 30 años.
El movimiento revolucionario inicialmente buscó una alternancia política en el país, de ahí el lema SUFRAGIO EFECTIVO NO REELECCIÓN, y después fue tomando diferentes tintes populares como el de acabar con el acaparamiento de las tierras por unas cuantas personas, que se asemejaban a los señores feudales de la edad media, y en donde éstos decidían los pagos a los campesinos e imponían sus normas pasándose por alto las leyes del país y bajo el cobijo de las autoridades, naciendo el otro postulado revolucionario TIERRA Y LIBERTAD.
A 102 años del inicio de dicho movimiento nacional, creo que es necesario hacer una reflexión con respecto a la situación actual de nuestro país, en comparación con la época de la revolución. Personalmente en ocasiones me inclino a creer que vivimos circunstancias parecidas o iguales, tal vez con diferentes maneras de expresión, pero al final de cuentas, es lo mismo que se buscó erradicar hace más de un siglo.
En el aspecto social y económico vemos cómo sigue existiendo una gran desigualdad entre las clases sociales de nuestro país y pocos son los que tienen la riqueza, sin olvidar que en muchas ocasiones nuestros mismos gobernantes favorecen a dichas personas bajo el argumento de que nuestro país desarrolla una política económica basada en el neoliberalismo y dicha corriente tiende favorecer a quien tiene mayor capital, dejando fuera a casi la mitad de la población que no tiene capacidad de compra, de inversión y de un buen capital.
Además de lo anterior, se favorece a las empresas internacionales dejando en segundo plano a las nacionales, dejando en desventaja a las pequeñas y medianas empresas, pues en muchas ocasiones es casi imposible poder competir con los organismos transnacionales que acaparan el mercado en diferentes rubros. Sin olvidar que las reglas de la economía al final de cuentas son impuestas desde el exterior, por ejemplo por los Estados Unidos o el Fondo Monetario Internacional. Por todo lo anterior se puede decir que las condiciones sociales y económicas siguen en total desventaja como hace 102 años.
En el aspecto político, se supondría que hay una nueva democracia, pero podemos constatar que en muchos lugares de nuestro país se sigue viviendo una dictadura disfrazada de democracia, pues aunque hemos visto alternancia en las elecciones de cualquier nivel de gobierno, de manera general siempre son "los mismos" los que ocupan los cargos de elección popular.
Si siguiéramos la lista sería amplia, discriminación de los más pobres; falta de oportunidades en muchos sectores sociales, de manera especial los pueblos indígenas; poco acceso a la justicia; violación a los derechos humanos; corrupción de las instituciones públicas; salarios muy precarios, por no decir, ridículos, etc. Es triste y preocupante que muchos aspectos por los que se inició una lucha hace 102 años, se sigan repitiendo en el México moderno y que pocos sean los que digan o hagan algo por mejorarlas, o por lo menos no caer en los mismos males que sufre el país desde hace un siglo.
Al llegar las fechas conmemorativas como las de hoy, además del aspecto celebrativo y de descanso se debería de poner énfasis en hacer una reflexión sobre el rumbo que llevábamos como país y como sociedad. Las fiestas nacionales no solamente se deben quedar en festejos o recuerdos, sino en calibrar el estado del país y tener seguridad que seguimos en el rumbo correcto, por el que se luchó en el pasado; o por el contrario, de que el rumbo actual tiene que ser reorientado para lograr las metas que se propusieron aquellos que tuvieron la esperanza de un México mejor.
