Orgulloso. Raúl César Alvarado se dijo feliz de trabajar honradamente en el Servicio Postal Mexicano desde hace 22 años.
Raúl Alvarado es uno de los pocos empleados del Servicio de Correos Mexicanos al que le tocó trabajar en el "Día del Cartero".
A pesar de que la mayoría de sus compañeros descansó ayer por este festejo, él sí debió reportarse a sus labores.
Ya a bordo de su bicicleta, con su uniforme y sus mensajes por entregar, Raúl concedió unos minutos a El Siglo de Torreón para compartir su sentir en esta celebración de su labor.
"Es bonito y me llena mucho de orgullo andar, a mis 47 años, trabajando honradamente, ganando un sueldo con el sudor de mi frente y manteniendo a mi familia", asegura el cartero.
Ayer Raúl recordó sus primeras andanzas en el servicio postal mexicano y reafirmó su gusto por este trabajo, esto a pesar de que se ubica en un área especial de atención las 24 horas y que enfrenta distintos riesgos cuando sale a la calle.
"Lo más peligroso es andar esquivando los vehículos, los perros también me persiguen a veces y pues en general estar en la calle ya es algo de riesgo... yo siempre trato de hacer mi trabajo con mucho gusto y consciente de que mi familia cuenta conmigo", dice Raúl, quien tiene una esposa y tres hijos.
Accidentes, lesiones, calles desconocidas y hasta clientes con mal humor forman parte de lo que este mensajero enfrenta diariamente, sin embargo acepta que se trata de un empleo digno y que le ha dejado muchas satisfacciones.
"Le estoy dando el estudio a mis hijos actualmente, pero si alguno hubiera decidido ser cartero yo lo habría aceptado con gusto, es muy hermoso que platiques con la gente y estar en un empleo lleno de contacto social", dice sonriente Raúl Alvarado.