Poca gente entiende la importancia de seleccionar una socia o un compañero. Esa persona que te acompañará en un negocio, en un proyecto político o en una relación de pareja es fundamental. Tu socia definirá tanto tu negocio o proyecto como tú. El nombre de esa persona que incluyes en un equipo puede darle más confianza a los consumidores, a los electores o a tu familia. Tal selección es trascendental, especialmente cuando tal persona es en la que, en teoría, debería estar lista para ocupar la presidencia de Estados Unidos en cualquier momento.
Para muchos es un misterio cuáles sean las funciones que realiza la vicepresidencia estadounidense. De hecho, a lo largo de la historia de Estados Unidos, varios vicepresidentes han ocupado distintas funciones, desde Richard Nixon en los 50 que fue asumiendo cada vez más funciones de seguridad, hasta Al Gore en los 90 que se ocupó de la agenda verde.
Sin embargo, el punto por el que mayoritariamente los ciudadan@s estadounidenses evalúan al vicepresidente, o acaso se acuerdan de que existe, es porque, como dicta la Constitución de su país en su artículo 2º, sección 1, "en caso de destitución, muerte, renuncia o incapacidad del presidente para desempeñar las funciones de su cargo, le sustituirá el vicepresidente".
El vicepresidente es sobre todo visto como una póliza de vida, como una pieza que garantiza la sucesión y por eso muchos aplican la frase de que el vicepresidente está literalmente "a un latido del presidente".
Por ello, la elección de quien es el compañero de fórmula de un candidato presidencial durante el proceso electoral es importante. Tan sólo hay que recordar el proceso electoral de 2008 en el que un desesperado John McCain vio en Sarah Palin las cualidades necesarias para cambiar la narrativa de esos comicios, pero ésta no pudo con la pregunta de fuego: ¿está preparada para asumir la presidencia en cualquier momento? Palin evidentemente no lo estaba.
Mitt Romney, el candidato presidencial republicano, eligió al legislador Paul Ryan como su compañero de fórmula. Ya en Estados Unidos han sido publicados cientos de artículos que evalúan la relativamente corta carrera política de Ryan, oriundo de Wisconsin. El New York Times incluso dijo en un editorial que Ryan "es el primer integrante de la Generación X" en competir por un cargo ejecutivo y que Romney "escogió la más extrema de sus opciones para vicepresidente".
La principal causa por la que Ryan está causando tanto ruido es porque en los 12 años que lleva en el Congreso se ha especializado en temas de presupuesto y déficit y ha sido coautor de una de las propuestas más completas, pero también de las más radicales, para controlar el déficit presupuestal del gobierno estadounidense.
Bajo la visión de Ryan el Estado es demasiado grande e ineficiente y por ello el remedio para controlar su gasto es reducir programas sociales, incentivar la creación de empleos con reducciones impositivas a los más ricos, privatizar los esquemas de seguridad social, como el Medicare. En otras palabras, Ryan cree en el individuo como motor del desarrollo y en la nula intervención del Estado. Es un libertario que ha sido un poster boy del Tea Party y que moverá la campaña de Romney más a la derecha y hacia mostrar los contrastes ideológicos con la campaña de Obama.
En temas sociales, Ryan es un claro representante del conservadurismo republicano: está en contra de la inmigración ilegal, a favor del muro en la frontera, en contra de los matrimonios entre parejas del mismo sexo, en contra de que los gays y las lesbianas puedan servir en el Ejército estadounidense, en contra del aborto y de los contraceptivos en programas impulsados por el Estado. Con ello, Romney apuesta por pulir sus credenciales con la base conservadora, pero se aleja del espectro político del centro.
En casi todos los procesos electorales, el candidato a vicepresidente es usado para atacar más agresivamente al contrincante. Ryan empezó ya a cuestionar al presidente Obama y seguramente continuará así de aquí a noviembre. Más allá de eso, Ryan se enfrentará al actual vicepresidente Joe Biden en un solo debate, agendado para el 11 de octubre.
A Romney y a los republicanos se les acaba el tiempo. La selección de Ryan no le ayudará con grupos como los votantes latinos, quienes veían en el senador Marco Rubio una mejor opción, ni con las mujeres solteras, uno de los grupos electorales más importantes.
Definitivamente Ryan no es Sarah Palin, pero si la campaña republicana sigue como hasta hoy, Ryan no estará a un latido del presidente y Obama será presidente de dos mandatos.
Ya tocará analizar en este espacio el significado de una segunda presidencia de Obama para México o la de Romney, pero por lo pronto el 23 y 24 de agosto próximos se celebrará en el ITAM la conferencia "Yo decido: el voto latino en la elección presidencial estadounidense", a la que están convocados los principales investigadores en la materia tanto de Estados Unidos como de México. La entrada es libre.
Politólogo e Internacionalista
Twitter @genarolozano