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A ver si no se arrepiente

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

Pasó ya el segundo debate y estamos los mexicanos viviendo ya la última parte de las campañas presidenciales y para la renovación del Congreso de la Unión. Hay quienes pensaban que el propio debate podría cambiar el rumbo de la elección, pero la realidad es que dos de los tres contendientes reales saben ya a qué están jugando.

Por el lado del partido en el poder, el PAN, ya hay quienes están pensando en la renovación. Lo que respondió el periodista Jorge Zepeda Paterson durante la conferencia que dictó a finales del mes pasado en el teatro Isauro Martínez de Torreón, en el marco de los Festejos del 90 Aniversario de esta casa editora, cuando alguien del público le preguntó qué tendría que suceder para que Josefina Vázquez Mota ganara la Presidencia, la respuesta no pudo ser más contundente: un milagro.

De esa manera me parece que los panistas se empiezan a imaginar fuera del poder, aunque nunca lo van a reconocer. Si bien es cierto que su candidata tuvo quizá la participación más osada en el encuentro del domingo pasado, cada vez más las encuestas confirman que ha sido relegada a un tercer lugar, por lo que las esperanzas se esfuman entre el panismo.

Enrique Peña Nieto jugó su rol tal como lo marcaba su plan. Se dedicó a hacer sus propuestas y durante las más de dos horas que duró el ejercicio supo mantenerse en relativa calma, no obstante fue cuestionado por Josefina por sus vínculos con personajes funestos de la política nacional como lo es Arturo Montiel, el malhabido exgobernador del Estado de México que fue exhibido por la prensa hace años por la cantidad de inmuebles lujosos de alto costo que hacen suponer que el señor robó al pueblo. Vázquez Mota leyó la tesis que Peña Nieto le dedicó a Montiel, para evidenciar la relación de años que sostienen estos dos priistas mexiquenses.

Gabriel Quadri de la Torre hizo un muy digno papel desde mi entender. El candidato del Partido Nueva Alianza, propiedad de la maestra Elba Esther Gordillo, es un académico preparado que supo desarrollar sus argumentos con fundamentos sólidos. Fue claro en señalar muchos de los grandes problemas que padece el país, pero de antemano todos los mexicanos sabemos que su papel dentro de estos comicios es meramente testimonial. La diferencia en esta ocasión a la anterior es Quadri no se fue limpio como en la primera cita que sorprendió a todos con sus señalamientos. En esta ocasión nuevamente la abanderada del PAN, sí se encargó de señalar con puntualidad la relación de Nueva Alianza con la familia de Gordillo, aunque éste supo revirar el ataque, invitando al televidentes a meterse a YouTube a ver el video intitulado "Querida Amiga" para cuestionar a Vázquez Mota de la relación que en otros tiempos llevó con la presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el poderoso y temido SNTE.

Sin embargo, la postura más sorprendente fue la de Andrés Manuel López Obrador, candidato de las izquierdas, que decidió dejar los ataques de lado para utilizar su tiempo asignado fundamentalmente para hacer sus propuestas.

López la verdad es que navegó tranquilo durante los más de 120 minutos en el que estuvo expuesto. Los ataques de Josefina no hicieron mella significativa, no obstante fue cuestionado cuando habló que en su gobierno se tendría un ahorro de 300 mil millones de pesos solamente recortando sueldos y prestaciones de la alta burocracia, y cuando Quadri así como la candidata le refutaron sus números (hasta el presidente Calderón no se aguantó y mediante su twiter rebatió los números de Andrés Manuel) encontró una salida simplona, apostándole a que su prestigio lo dejará inmune al cuestionamiento.

¿Por qué sorprendió AMLO con su estrategia? Pues porque simplemente renunció a dos condiciones de su candidatura y entorno que debería entender y actuar en consecuencia. La primera de ellas es que rebasó a Josefina en las preferencias electorales; y que la distancia con Peña Nieto la ha logrado reducir, pero esto no significa jamás que él sea el puntero.

Si bien es cierto que para nada es en este momento un día de campo la campaña del PRI, tampoco lo es que ha visto amenazado hasta este momento su primer lugar en las encuestas, aunque con una brecha ya reducida. Por ello el papel de López Obrador se puede mirar incongruente: un candidato que va en segundo lugar, debe atacar al líder para tratar de bajarlo, y el Peje no lo hizo. Además, lo de Andrés Manuel es la protesta y el cuestionamiento, utilizando sus propias palabras, él tenía la autoridad moral para desnudar a Peña Nieto y no lo hizo.

Tal vez López Obrador pensó en hacerle caso a quienes le recomendaron no dar más la imagen de rijoso, pero desaprovechó el momento para vapulear a Peña tal como lo hizo en el primer debate.

Lo más peligroso en este momento, es que AMLO realmente crea que él hoy va arriba ya en las encuestas, y actúe como tal, para que luego si no logra superar al priista el primero de julio, empiece a revolver a la nación con sus marchas y bloqueos, atentando contra las reglas e instituciones democráticas.

Todavía la moneda está en el aire, quedan días y López Obrador podría ganar, pero dejó pasar la oportunidad el pasado domingo y quizá pueda arrepentirse.

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