Al más puro estilo del presidencialismo mexicano, en los últimos días de esta Administración se inaugurarán carreteras, pero inconclusas.
En las últimas semanas, el presidente Felipe Calderón ha acudido a dos inauguraciones de obras que estaban incompletas, pero la más significativa será la de noviembre, pues a pesar de que la carretera Durango-Mazatlán fue considerada la obra más importante del sexenio, no estará lista.
Fausto Barajas, titular de la Subsecretaría de Infraestructura de la SCT, reconoció en la Durango-Mazatlán quedarán pendientes en 30 kilómetros de túneles, puentes y algunas adecuaciones.
Se trata de sistemas de iluminación y ventilación, entre otros equipos.
Así, sólo se abrirán al público 52 kilómetros, adicionales a los 111 que ya fueron entregados, de un total de 230, es decir, quedarán pendientes 67 kilómetros, para el primer trimestre de 2013, informó la Subsecretaría.
Sergio Alcocer, vicepresidente de la Academia Mexicana de Ingeniería y exsubsecretario de Planeación Energética y Desarrollo Tecnológico de la Sener en la presente Administración, aseguró que la inauguración de obras inconclusas es característica de países subdesarrollados y cuestionó la cantidad de recursos que se destinan a esos actos.
"Somos un país subdesarrollado; en ningún país del primer mundo se hace una gran inauguración, simplemente se pone en operación la carretera, el puente y es todo, cuando mucho se hace un pequeño acto, pero cuando está terminado el proyecto.
"Es un asunto del presidencialismo. El presidente tiene que ir a inaugurar y como ya se va, inauguran aunque sea la mitad y eso es inaceptable; es para colgarse la medalla de haber echado a andar una carretera", dijo Alcocer.
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