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Abre Papa 'Año de la fe' contra el desierto espiritual del mundo

Durante el sermón, pronunciado en italiano, Joseph Ratzinger recordó el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, que fue inaugurado por Juan XXIII el 11 de octubre de 1962 y que introdujo la más grande reforma interna de la Iglesia católica en los tiempos modernos. EFE

Durante el sermón, pronunciado en italiano, Joseph Ratzinger recordó el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, que fue inaugurado por Juan XXIII el 11 de octubre de 1962 y que introdujo la más grande reforma interna de la Iglesia católica en los tiempos modernos. EFE

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Benedicto XVI inauguró hoy el “Año de la fe”, un especial período dedicado a la revitalización del catolicismo en el mundo que convocó para, como dijo, responder al “desierto espiritual” que padece la sociedad contemporánea.

Poco antes de las 09:00 horas local (07:00 GMT), una larga columna humana compuesta por cardenales, arzobispos y obispos atravesó la Plaza de San Pedro, presidiendo el ingreso del Papa quien se dirigió hasta el atrio de la basílica vaticana.

Ante unas 20 mil personas el obispo de Roma inició la misa en la cual se rezó en latín, inglés, italiano, griego, español, árabe, portugués, chino y swahili.

Durante el sermón, pronunciado en italiano, Joseph Ratzinger recordó el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, que fue inaugurado por Juan XXIII el 11 de octubre de 1962 y que introdujo la más grande reforma interna de la Iglesia católica en los tiempos modernos.

Estableció que, cinco décadas atrás, ya se observaba una incipiente crisis de fe, la cual se ha ido profundizando con el correr de los años.

“En estos decenios ha aumentado la desertificación espiritual. Si ya en tiempos del Concilio se podía saber, por algunas trágicas páginas de la historia, lo que significa una vida, un mundo sin Dios, ahora lamentablemente lo vemos cada día a nuestro alrededor”, dijo.

“Se ha difundido el vacío. Pero precisamente a partir de la experiencia de este desierto, de este vacío, podemos descubrir nuevamente la alegría de creer, su importancia vital para nosotros, hombres y mujeres”, agregó.

Según el líder católico, en el desierto es posible descubrir el valor de lo que es esencial para vivir y, de la misma manera, en el mundo contemporáneo son muchos los signos de la sed de Dios, del sentido último de la vida, a menudo manifestados de forma implícita o negativa.

Además indicó que, en el desierto, se necesitan sobre todo personas de fe que, con su propia vida, indiquen el camino hacia la tierra prometida y de esta forma mantengan viva a la esperanza. La fe vivida abre el corazón a la gracia de Dios que libera del pesimismo.

“Hoy más que nunca evangelizar quiere decir dar testimonio de una vida nueva, transformada por Dios, y así indicar el camino”, estableció.

“Así podemos representar el Año de la Fe: como una peregrinación en los desiertos del mundo contemporáneo, llevando consigo solamente lo que es esencial: ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni dos túnicas, sino el evangelio y la fe de la Iglesia”, ponderó.

La celebración estuvo plagada de gestos de recuerdo al Concilio Vaticano II, entre otras cosas Benedicto XVI distribuyó a diversas categorías de personas copias del “Mensaje al pueblo de Dios” entregado en 1965 por el Papa Pablo VI al mundo al finalizar esa reunión.

El texto lo recibieron representantes de los hombres de ciencia y pensamiento, los artistas, los gobernantes, las mujeres, los trabajadores, los pobres, enfermos y sufrientes, los jóvenes y los catequistas.

Entre los trabajadores destacó Luis Alberto Urzúa Iribarren, minero chileno que estuvo atrapado durante dos meses a 700 metros bajo tierra y fue rescatado, junto a todos sus compañeros.

Además, concelebraron la misa con el líder católico unos 14 “padres conciliares”, obispos ancianos que participaron con voz y voto durante las discusiones del Concilio Vaticano II y todavía sobreviven.

Uno de ellos fue Arturo Antonio Szymanski Ramírez, de 90 años y arzobispo emérito de San Luis Potosí en México.

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