EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Absurda veda electoral

JESÚS CANTÚ

 H Oy aparece en todo su esplendor otra de las fallas de la actual legislación electoral: el llamado período intercampañas, es decir, el tiempo que transcurre entre que los partidos concluyen sus procesos de selección interna y el arranque de las campañas electorales, que en año de elección presidencial es de alrededor de 50 días y cuando es únicamente de diputados se acerca más a los 60. Durante este período se da la hoy llamada "veda electoral", es decir, la suspensión de las campañas electorales.

Dicha veda generó mucha incertidumbre porque la legislación establece, con precisión, que sí se puede hacer en el período de selección interna (precampañas) y en el período de campañas electorales, pero no dice que se puede hacer durante este período intermedio, simplemente alude que no se pueden hacer ni precampañas ni campañas.

El Consejo General del Instituto Federal Electoral pretendió disipar las dudas mediante la publicación de un desplegado en algunos medios impresos de comunicación, en el que señala que "los actos de campaña que no se deben realizar anticipadamente son las reuniones públicas, asambleas, marchas y en general aquellos en los que las y los precandidatos, candidatos y partidos promuevan ante el electorado sus candidaturas. La propaganda orientada en ese mismo sentido tampoco se debe realizar."

Dicho desplegado no cumplió con su objetivo y, finalmente, justo al inicio de la veda electoral, en los primeros minutos del jueves 16 de febrero, aprobó un acuerdo (cuyos términos exactos se desconocen por la ciudadanía en general, dado que no es posible localizarlo en la página del IFE o en alguna otra; aunque los partidos sí lo conocen a través de sus representantes en el Consejo), pero que conforme al comunicado que emitió la Dirección de Comunicación Social de dicha dependencia básicamente reproduce lo divulgado previamente.

Ni uno ni otro lograron disipar las dudas y todos los partidos políticos manifestaron claramente su inconformidad en la mesa del Consejo, con la gran ventaja de que ahora sí podrán acudir ante el Tribunal Electoral para hacer valer sus argumentos y buscar más precisión. El problema es que la veda ya está en marcha.

La realidad es que ha fracasado totalmente uno de los objetivos de la reforma 2007-2008, que era reducir la duración de las campañas electorales, pues en los hechos las precampañas iniciaron mucho antes de la tercera semana de diciembre, señalado en el inciso "b" del párrafo 2 del Artículo 211, del Cofipe, como la fecha legal. Y ahora sólo queda ver qué sucede con las campañas electorales, que de acuerdo al mismo código iniciarán el 29 de marzo próximo.

Tres elementos se han conjugado para hacer nugatorias estas disposiciones legales: lo absurdo de las fechas; el activismo de los precandidatos; y la permisividad y pasividad de las autoridades electorales.

Si los legisladores querían limitar a 135 días (4 meses y medio) la duración de precampañas y campañas, tendrían que haber establecido el inicio de las primeras entre la primera y la segunda semana de febrero, lo cual implicaría que estarían terminando dichos procesos en la última semana de marzo, dar una semana o 10 días para resolver los procedimientos de las internas, iniciar las campañas electorales la primera semana de abril y no establecer prohibiciones en el llamado intercampañas, con lo cual sería responsabilidad de cada partido y de cómo resolvió sus procesos internos si lo hace con candidato o sin él.

Las disposiciones actuales conducen inevitablemente a dos grandes absurdos: uno, el inicio de las precampañas justo en el período de las festividades decembrinas (de acuerdo al actual calendario las precampañas iniciaron el 18 de diciembre del 2011), con lo cual en realidad se le roban 15 días a las precampañas; y segundo este larguísimo período de intercampañas, en el que se pretende establecer una veda electoral.

Pero lo inadecuado de las fechas provocó que los aspirantes iniciaran sus actividades de precampaña muchos meses antes de lo permitido. Andrés Manuel López Obrador, tiene seis años sin parar, para no contabilizar el tiempo que lo hizo desde la jefatura de gobierno del DF; Enrique Peña Nieto empezó su campaña abierta desde el momento que dejó oficialmente la gubernatura del Estado de México el 16 de septiembre del 2011, otra vez para no tomarle en cuenta todas las acciones que realizó con el presupuesto estatal. Y, en el caso de los aspirantes panistas, Santiago Creel Miranda, solicitó licencia a la senaduría el 12 de julio de 2011, es decir, casi un año antes de la jornada electoral; Josefina Vázquez Mota, el 6 de septiembre; y Ernesto Cordero, tres días después, el 9 de ese mismo mes.

Por otra parte, la falta de precisión en la ley y la débil actuación de las autoridades electorales, permitieron a los precandidatos únicos hacer precampaña en las mismas condiciones (salvo que no podían aparecer en los promocionales de radio y televisión) que los que todavía se tenían que ganar la candidatura. Y todo indica que en el período de intercampañas sucederá lo mismo, por lo cual en realidad todos los aspirantes de todos los partidos políticos (especialmente los precandidatos únicos) están en abierta campaña, al menos, desde septiembre del año pasado, muy similar a lo que ocurría en el pasado, antes de la reforma del 2007-2008.

En este sentido lo único que provocaron las nuevas disposiciones fueron confusión, conflictos entre los partidos y al interior de los mismos y pérdida de credibilidad en las autoridades electorales y todo esto incluso antes de que inicien oficialmente las campañas electorales.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 710072

elsiglo.mx