Similar a lo ocurrido en 2006, tendremos en el actual proceso electoral de México un candidato independiente para la Presidencia de la República.
Pero carecerá de registro oficial del Instituto Federal Electoral debido al sistema cerrado que privilegia a los partidos políticos y no al derecho de los ciudadanos a votar y ser votados.
Hace seis años fue el político e intelectual Jorge Castañeda quien intentó romper la concesión única que tienen los partidos políticos para postular a candidatos a cargos de elección popular.
Reñido con el partido en el poder (PAN) y con el entonces presidente Vicente Fox a quien sirvió como secretario de Relaciones Exteriores, Castañeda quiso aprovechar su capital político para llegar a la oficina principal de Los Pinos.
No avanzó mucho ese año, pero continuó su lucha a través de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y logró concientizar a la sociedad mexicana de esta grave omisión de la ley electoral.
Ahora es Manuel Clouthier Carrillo quien recorre el camino de Castañeda, pero bajo otros objetivos y circunstancias.
Clouthier lleva en su nombre y apellido el recuerdo e imagen de su padre, un mexicano valiente y de una sola pieza que entregó su vida por la democracia y la libertad de los mexicanos. A decir verdad, el legado político de Clouthier padre, no ha sido valorado a carta cabal por el sistema mexicano a pesar de que el sinaloense como líder empresarial y candidato presidencial contribuyó sustancialmente a los cambios que años después se dieron en México.
Clouthier nos sorprendió en varias ocasiones. La primera fue a principios de los ochenta cuando el país vivía tiempos turbulentos y en una entrevista por la televisión nacional le preguntamos si todavía tenía confianza en nuestro país. Palabras más palabras menos, respondió:
"Mi amigo, la confianza empieza por uno mismo. Si tienes confianza en ti, tendrás confianza en el país. Yo sí la tengo y a pesar de sus políticos, tengo confianza en México".
En 1988 como candidato presidencial del PAN visitó Sonora y con su conocida enjundia desnudó al sistema político, pero fue claro al señalar que el cambio se daría cuando los mexicanos lo decidieran y no cuando ganara tal o cual candidato o partido.
El tiempo le dio la razón. Su muerte anticipada en un entorno incierto le impidió ver el cambio, pero Clouthier abrió camino en una época de cerrazón política y de libertades restringidas.
Hoy su hijo del mismo nombre intenta ensanchar estas vías en el terreno electoral. Manuel Clouthier Carrillo, empresario, agricultor y periodista, llegó por invitación del PAN a la Cámara de Diputados en el año 2009 y desde esa tribuna denunció los excesos y fallas de su partido y del gobierno de Felipe Calderón.
Clouthier se convirtió pronto en el "diputado incómodo" y con la visión chata que caracteriza a algunos panistas, fue relegado y finalmente excluido en la contienda por la candidatura a senador de su partido. Si su padre viviera habría puesto de cabeza al PAN y enviado a la calle a su dirigente Gustavo Madero por esa decisión torpe e inexplicable.
Clouthier demostró en el tribunal electoral su derecho a competir, pero en lugar de regresar a las filas de un partido que lo traicionó, optó por lanzarse a la presidencia de la República como candidato independiente.
En el fondo el hijo del "Maquío" sabe que será imposible ser reconocido como candidato y ganar las elecciones, pero su lucha es a mediano y largo plazo como la que emprendió su padre.
"Si queremos destrabar el estancamiento de México y avanzar en la transición democrática, tenemos que hacerlo desde abajo con la presión de la participación ciudadana", manifestó Clouthier en reciente entrevista.
A México le urge un mecanismo legal que permita las candidaturas independientes en cargos de elección popular, incluyendo la Presidencia de la República. Es una asignatura pendiente de los partidos políticos que obviamente no resolverán por cuenta propia.
De ahí la importancia de las batallas emprendidas por Jorge Castañeda y Manuel Clouthier, entre otros mexicanos.
AL MARGEN
Se sintió débil el golpe de timón de la candidata presidencial Josefina Vázquez Mota. Salvo valiosas excepciones, la aspirante optó por la cantidad y no por la calidad de los asesores que con urgencia requiere su campaña para retomar el vuelo.
