¡Qué manera de dar bandazos legales en México! Florence Marie Louise Cassez Crepin, la guapa francesa de 37 años de edad sentenciada a 60 años de cárcel por participar en varios secuestros, está a punto de convertirse en la gran víctima del sistema judicial mexicano y por ende en una heroína a nivel internacional.
La esbelta mujer llegó a México como turista en el año 2003 y en poco tiempo se integró en actividades comerciales, pero un año después conoció a Israel Vallarta, líder de la banda de secuestradores Los Zodiaco con quien inició una relación sentimental complicada y la llevó a vivir a su rancho y a intervenir directamente en la custodia y hostigamiento de los plagiados.
La detención de Florence Cassez e Israel Vallarta, ocurrida en diciembre de 2005, desató una tormenta diplomática entre México y Francia cuando trascendió que las autoridades policiacas realizaron un montaje televisivo en donde simularon la captura de la banda en un rancho al tiempo que supuestamente rescataban a varias personas secuestradas.
Lo insólito es que el "show" mediático lo organizó el entonces director de la Agencia Federal de Investigaciones, Genaro García Luna, hoy flamante secretario de Seguridad Pública en el gobierno del presidente Felipe Calderón.
De ahí en adelante la controversia legal ha sido intensa al grado que el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, ha solicitado en varias ocasiones la extradición de su conciudadana para que purgue la condena en su país, petición que México le ha negado una y otra vez.
Pero a pesar de la excesiva creatividad policiaca y de las evidentes violaciones en materia legal y de derechos humanos que se cometieron en la captura de Florence y sus cómplices, la conducta delictiva de la francesa y su intervención en la tortura física y psicológica de sus víctimas ha sido ampliamente documentada.
Varios de sus rehenes identificaron su voz y testificaron en su contra luego de su detención. Cristina Ríos Valladares y su hijo Cristián Hilario sufrieron abusos sexuales, torturas y lesiones por parte de Florence y su compañero Israel Vallarta. Ezequiel Elizalde, uno de los tres secuestrados por la banda, acusó también a Cassez y a su novio de agresiones físicas y sexuales.
De ahí que varias organizaciones civiles de prestigio como Alto al Secuestro, México SOS y Causa Común, exigieron en su momento al Poder Judicial "no ceder" a las intensas presiones que organizó el gobierno francés durante el juicio de Florence, quien en abril de 2008 recibió una condena de 96 años de prisión que posteriormente fue reducida a 60 años.
De entonces a la fecha se han repetido los intentos por Florence, su defensa legal y el gobierno francés de modificar la sentencia. Cassez escribió en febrero de 2010 un libro en donde alega inocencia y en agosto de ese año su defensa presentó ante la Suprema Corte de Justicia una apelación de la sentencia bajo el argumento de que su arresto fue inconstitucional y plagado de violaciones.
En febrero de 2011 un tribunal unitario ratifica la sentencia y el caso es turnado al séptimo Tribunal Colegiado en Materia Penal. El 9 de enero de este año la Suprema Corte de Justicia de la Nación anuncia que en el primer período de este año emitirá una resolución definitiva.
El revuelo sacude una vez más al caso cuando el pasado 7 de marzo el ministro de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar, presentó un proyecto de sentencia en donde propone otorgar un amparo y decretar la inmediata libertad de Florence Cassez toda vez que el proceso que se le siguió estuvo viciado desde su origen quedando ella desde su captura en una indefensión total.
El documento de 145 cuartillas es respetable desde el punto de vista jurídico, sin embargo una buena parte de los mexicanos nos preguntamos: ¿por qué no liberar también a Israel Vallarta? Pero además, ¿quién y cuándo se hará justicia a las víctimas y familiares de los secuestrados?
La resolución final sobre la sentencia de Cassez la tomarán cinco ministros de la Suprema Corte el próximo 21 de marzo y pase lo que pase el fallo será histórico. Lo que todavía no sabemos es si los autores del montaje mediático recibirán algún día el castigo que les corresponde como servidores públicos.
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