La Unión Europea (UE) ha acordado con Turquía la readmisión de inmigrantes sin papeles, un pacto que obliga a ambos socios a aceptar la vuelta de los ciudadanos que hayan entrado ilegalmente en el territorio del otro.
El acuerdo, que ha sido cerrado este jueves y deberá ser rubricado oficialmente por ambas partes antes de entrar en vigor, es de especial importancia para la UE, ya que la frontera entre Grecia y Turquía es una de las principales puertas de entrada de inmigrantes irregulares a los Veintisiete.
En un comunicado, la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström, expresó su satisfacción y señaló que este gesto demuestra el interés de ambas partes por establecer una mejor gestión de las fronteras y de los flujos migratorios.
Malmström destacó que el acuerdo permitirá acelerar el retorno de los inmigrantes sin papeles "respetando el derecho internacional y los derechos fundamentales", a la vez que consideró que reforzará el diálogo y la cooperación entre la UE y Turquía en asuntos de interior y justicia.
"Esto nos permite hacer progresos hacia la liberalización de visados, como un signo claro hacia la población turca y las autoridades de que la UE sigue firme en su compromiso de mejorar la movilidad de nuestros ciudadanos", aseguró.
Los Veintisiete llegaron el miércoles a un acuerdo para facilitar visados a los ciudadanos de Turquía en determinadas condiciones, siempre y cuando Ankara concluyera el convenio de readmisión de inmigrantes irregulares con Bruselas, que ha estado paralizado cerca de un año.
Chipre, país que mantiene tensas relaciones con Ankara y asume en nueve días la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea, fue el último estado que dio el sí a los visados simplificados durante el proceso de negociación.
La frontera entre Turquía y Grecia, de apenas 12.5 kilómetros y bañada por el río Evros, es uno de los mayores pasos de inmigrantes irregulares hacia Europa, una tendencia que se ha acentuado desde el estallido de la "primavera árabe".
Cada año llegan 115,000 personas a Grecia, la mayor parte de ellas inmigrantes que usan el país heleno como puerta de entrada a la UE, según los datos ofrecidos por el ministro griego de Protección Civil, Michalis Chrisochoidis, el pasado mes de abril en Bruselas.