Los políticos argentinos adelantaron las campañas presidenciales de 2015 y ya lanzaron postulaciones oficialistas, opositoras y hasta reformas legales para que siga gobernando Cristina Fernández.
Aunque los últimos comicios generales se realizaron apenas en octubre pasado, la clase política argentina no ha perdido tiempo para reacomodarse con miras a las próximas elecciones, aunque todavía faltan tres años.
El primero en definirse fue Mauricio Macri, el derechista jefe de gobierno de Buenos Aires que es el máximo referente opositor de Fernández y quien ya anunció que desde ahora trabaja en pos de su candidatura.
Macri tuvo que posponer sus ambiciones porque el año pasado, después de postularse en diversas ocasiones, declinó su participación en las elecciones nacionales al advertir la derrota que le esperaba ante la presidenta.
Sin embargo, el alcalde enfrenta el problema de que está a punto de iniciarse un juicio en su contra por espionaje ilegal, y si es declarado culpable, sus aspiraciones políticas no tendrán futuro alguno.
Por el lado del oficialismo, la semana pasada el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, provocó un fuerte debate al reconocer que quiere suceder a Fernández en 2015.
Scioli, eterno aliado del kirchnerismo, advirtió que apoyaría una reforma constitucional para permitir un tercer mandato consecutivo de la presidenta, pero en caso de que ésto no se concrete, él haría campaña para ser candidato del gobierno.
“Si pensamos que faltan mil 259 días para que se vaya a elecciones nuevamente, suena obsceno hablar de este tema”, fue el contundente rechazo a su postulación que brindó el senador y ex jefe de gabinete, Aníbal Fernández.
En la discusión rumbo a 2015, también está presente la propuesta de reformar la Constitución para que Fernández vuelva a postularse, ya que los presidentes argentinos sólo pueden gobernar durante dos mandatos seguidos.
La mandataria suele descartar de manera velada su interés en continuar en el poder, pero varios de los senadores y diputados oficialistas y hasta el vicepresidente Amado Boudou quieren que continúe en el gobierno.
Hasta ahora, esta posibilidad está frenada porque el oficialismo no cuenta con los votos necesarios en el congreso para sellar una reforma constitucional, además de que la Corte Suprema de Justicia ya se opuso de plano a esta propuesta.
