El gobierno colombiano admitió hoy que la situación en la zona indígena del Cauca, donde el Ejército combate desde hace una semana con las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), "es muy difícil".
El ministro del Interior, Federico Renjifo, dijo a periodistas que ante los problemas de orden público en esa región del suroccidente de Colombia, se avanza en acciones concertadas para garantizar la protección a la población.
"La situación en el Cauca es difícil y dramática, el gobierno no la niega”, sostuvo el funcionario respecto a los ataques que mantienen las FARC, la mayor y más antigua guerrilla del país, en unos cuatro municipios de esa zona.
Según el ministro colombiano, el área se ha convertido en "una guarida de la estrategia" del grupo insurgente, por lo que la ofensiva del Ejército para sacar a la guerrilla del lugar seguirá por tierra y aire.
En la última semana, las FARC han atacado los poblados de Toribío, Jambaló, Miranda y Argelia, acciones en las cuales han resultado heridos más de una decena de civiles y unas 50 casas han sido destruidas.
En un acto de resistencia civil, los indígenas iniciaron el desmonte de las trincheras militares y rebeldes en el departamento del Cauca para "expulsar" a los grupos armados de su territorio y devolver la "armonía" al sector.
Los nativos se rehusaron la víspera a dialogar con el presidente colombiano Juan Manuel Santos, quien rechazó tras un consejo de ministros realizado en Toribío desmilitarizar la zona, como lo han pedido los indígenas.