El PAN puede fragmentarse y desaparecer si no se refunda, advirtió el presidente Felipe Calderón ante consejeros nacionales de su partido el pasado jueves.
El presidente de la República mantiene su activismo dentro de Acción Nacional: esta semana sostuvo reuniones con consejeros panistas de Jalisco, Chiapas, Oaxaca y Distrito Federal, a quienes conminó a reformar los estatutos del partido antes de que acabe su período presidencial.
Calderón, según el testimonio de varios asistentes a estas reuniones, insistió en que la Asamblea Nacional extraordinaria que aprobaría esta reforma de estatutos debe realizarse antes del 30 de noviembre, pues de lo contrario se corre el riesgo de que muchos panistas sean cooptados por el nuevo gobierno priista.
El presidente argumentó, en la comida que tuvo el jueves con 20 consejeros panistas del DF, que si la Asamblea no se hace antes de dejar el poder presidencial el tema será pasado de largo luego de que "todo mundo se acomode" tras la toma de protesta del nuevo presidente. La fragmentación del PAN fue ejemplificada por Calderón con el caso del partido venezolano socialcristiano Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei), que se atomizó después de perder la presidencia y ahora es una oposición minoritaria al régimen de Hugo Chávez.
La Asamblea Nacional que promueve Calderón aprobaría la reforma a los estatutos que él y otros cuatro ex dirigentes nacionales panistas propusieron a Gustavo Madero el pasado 9 de julio.
Esta reforma giraría en torno a cinco temas: procesos de afiliación y renovación de la membresía; elección de candidatos; organización territorial; sanción a militantes y depuración del padrón, y administración del financiamiento público.
