Rusia de ninguna manera apoyará una injerencia extranjera en Siria, como podría ser expresada en la conferencia internacional del próximo sábado en Ginebra, informó el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov.
“No apoyaremos ni podremos apoyar injerencias ni la imposición de recetas foráneas (a Siria). Se necesita favorecer el diálogo y no anticipar los resultados del diálogo”, dijo Lavrov en rueda de prensa al término de su encuentro con su colega tunecino, Rafik Abdessalem.
Advirtió sobre las consecuencias catastróficas de una agresión extranjera contra Siria, al comentar una posibilidad en ese sentido por parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
“No creo que la OTAN tenga intención alguna de repetir en Siria el escenario libio”, señaló Lavrov, en referencia a los casi siete meses de bombardeos en 2011 de la alianza atlántica contra Libia, bajo el pretexto de proteger a la población civil.
El jefe de la diplomacia rusa indicó que para poner fin a la crisis siria hace falta un período de transición, pero que su contenido y los mecanismos los deben determinar sólo los sirios en el contexto de un diálogo entre el gobierno y todos los grupos de la oposición.
Insistió en que los “actores exteriores” no deben dictar sus recetas a los sirios, sino que deben fundamentalmente ejercer una influencia sobre todas las partes en Siria para poner fin a la violencia”, según la agencia rusa de noticias Novosti.
Lavrov reconoció que es necesario un período de transición en Siria, pero señaló que no ha accedido al plan de Kofi Annan, enviado especial de las Naciones Unidas y la Liga Árabe, que pide la renuncia del presidente Bashar al-Assad y la creación de un gobierno de unidad nacional.
Indicó que Rusia no respaldará el pedido para que el presidente sirio deje el poder, como demanda la oposición.
La suerte del presidente sirio “debe ser decidida en el marco de un diálogo sirio por parte del pueblo sirio”, insistió Lavrov cuando faltan dos días para la conferencia internacional sobre Siria en Ginebra, durante la cual se discutirá el nuevo plan de Annan.
Consideró que la ausencia de Irán en Ginebra “es un error” y acusó a Estados Unidos de tener una “doble moral” al oponerse a la presencia iraní en esa reunión.
“Irán es un actor influyente en esta situación y yo creo que el hecho de mantener apartado a ese país del encuentro de Ginebra es un error”, concluyó.