Grave. La violencia de género puede causar extrema sumisión o hasta feminismo radical.
La violencia contra la mujer produce la quiebra del respeto y de la reciprocidad relacional, la disminución del autoestima, una insana relación de dependencia con el agresor, la pérdida de confianza en sí misma y otros muchos traumas, refiere el obispo auxiliar Enrique Sánchez Martínez.
Menciona que con frecuencia la mujer se considera culpable del maltrato, considerándolo la justa respuesta a su culpa y asumiéndolo como parte del castigo "merecido"; a veces es incapaz de recuperar su autonomía y siempre está esperando que el agresor cambie.
En contraparte, este problema puede causar una conducta de feminismo radical, lo que también trae graves consecuencias.