Buscar mantener una figura con tratamientos no reconocidos por especialistas puede traer serias consecuencias para la salud. INGIMAGE
El especialista en reumatología del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional de Occidente (CMNO) del IMSS en Jalisco, Mario Salazar Páramo, advirtió sobre los tratamientos modelantes apócrifos.
Dijo que inyectarse sustancias como guayacol, parafina e incluso aceite para cocinar o para automóviles, puede traer serias implicaciones para la salud, y una de ellas es el desarrollo de esclerodermia.
Explicó que la esclerodermia es una enfermedad que afecta el tejido conjuntivo, “el de sostén (colágena) y se caracteriza por el endurecimiento progresivo de la piel y del parénquima de órganos vitales como pulmones y riñones, por ejemplo”.
Enfermedad devastadora
Indicó que si bien se trata de una afección autoinmune, “esto es cuando el organismo reacciona contra sí mismo, existen factores externos, como tratamientos estéticos apócrifos, que pueden desencadenarla en una variante denominada adquirida”.
“En su forma congénita, innata, la esclerodermia representa un motivo poco frecuente de consulta en el servicio de reumatología y afecta de manera principal a mujeres a edades muy tempranas, entre 17 y 18 años; su signo más evidente es en la cara, que debido a endurecimiento de la piel, tiende a tomar la forma de una cabeza de pájaro”.
Detalló que inicia con cambios visibles en la cara, “hay una característica que se llama facies de pájaro, que consiste en el afilamiento de las facciones, se van perdiendo las líneas de expresión, el endurecimiento de la piel hace que la persona tenga eso, una cara de pajarito y la cavidad oral se hace tan pequeña que no pueden ingerir alimentos sólidos”.
Destacó que la esclerodermia es una enfermedad “devastadora, ya que toda la economía corporal y sus órganos internos, tienen tejido conjuntivo, el cual es precisamente el que se afecta con esta patología”.
Comentó que áreas expuestas del cuerpo como cara, 'V' del cuello y brazos, son en principio, las zonas en las que es más evidente la presencia de la forma congénita de la enfermedad que progresivamente avanza.
Daños
“Daña estructuras internas del cuerpo, como el sistema vascular (arterio-venoso), de ahí que cambios en la coloración de los dedos, que van de palidez extrema a un tono amoradado, sean también clásicos de la esclerodermia”.
Mencionó que los pulmones “sufren endurecimiento y la distensibilidad del tejido pulmonar se vuelve limitada, entonces los pacientes mueren por afectación respiratoria o por infecciones a ese nivel”.
Expresó que el tubo digestivo también se ve afectado y la capacidad para deglutir sólidos, por ejemplo, un trozo de carne, se hace prácticamente imposible, “se ahogan porque el bolo alimenticio no baja y causa dolores muy intensos o de plano de queda detenido”.
Subrayó que el otro gran problema es a nivel intestinal que, por el endurecimiento característico de la esclerodermia, impide adecuada movilidad, causa estreñimiento e incluso parálisis intestinal.