Opinión. 'En un entorno macroeconómico estable esperas ver que los estados y municipios pongan en orden su casa y no ha sido el caso', dijo Alejandro Olivo Villa y David Rubinoff de Moody´s.
Las elecciones de este año afectaron las finanzas de los gobiernos locales, por lo que se duplicó el número de estados y municipios con perspectiva negativa, señaló la agencia calificadora Moody's.
Según la calificadora, sólo en 10 meses el porcentaje de gobiernos locales con perspectiva negativa pasó de 10 a 20% del total de su cartera de gobiernos subsoberanos.
Esto debido a que las administraciones locales suelen aumentar de forma importante su gasto corriente de cara a los comicios federales y dejaron de lado las inversiones en infraestructura productiva, explicó Alejandro Olivo, analista de productos subsoberanos de Moody's.
"Sí vemos una correlación 'misteriosa' entre el incremento del gasto operativo con los procesos electorales que ocurren en el país", apuntó.
A este aumento en el gasto corriente por el proceso electoral se le suman los problemas estructurales que mantienen las administraciones locales, principalmente los municipios, como la baja recaudación propia y el atraso en sus mecanismos de cobro de impuestos.
Mencionó que el caso de la tenencia vehicular es ilustrativo del problema, pues al pasar a ser un impuesto local, muchos estados del país decidieron no cobrarlo y quienes decidieron hacerlo, con la excepción de Nayarit, la subsidian o tienen esquemas que reducen la carga tributaria.
Olivo subrayó que el caso de los estados y municipios de México es muy paradigmático, pues presentan problemas similares a los de gobiernos locales de países con serios problemas financieros.
"Resalta que tengamos la misma cartera de gobiernos locales con perspectiva negativa en Europa o Canadá, en donde hay crisis, pero el Gobierno soberano también tiene mal sus finanzas. En el caso de México, el Gobierno federal tiene buena estabilidad", comentó.
Los gobiernos locales en México no han podido aprovechar el buen momento por el que pasan las finanzas públicas federales, dijo, pues aunque el nivel de deuda local como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) no es alto, el ritmo de crecimiento sí lo es.
"En un entorno macroeconómico estable esperas ver que los estados y municipios pongan en orden su casa y no ha sido el caso", dijo.