El Papa Benedicto XVI advirtió hoy que mal no es omnipotente, aunque se presenta al hombre como una fuerza invencible, y por ello los cristianos no deben sucumbir ante el pesimismo.
Durante la audiencia general de los miércoles, presidida ante más de ocho mil fieles en el Aula Pablo VI del Vaticano, el pontífice reflexionó sobre el libro bíblico del Apocalipsis, se refirió al poder de la oración y la influencia del demonio.
Llamó a no desanimarse aunque en el camino de su vida el ser humano se tope con violencia, mentira, odio y persecución.
“Como cristianos no podemos jamás ser pesimistas, aún más estamos invitados a nunca perder la esperanza, a creer firmemente que la aparente omnipotencia del maligno choca con la verdadera omnipotencia que es la de Dios”, dijo.
“Sobre todo la oración nos educa a ver los signos divinos, su presencia y acción, a ser nosotros mismos luces de bien que difunden esperanza e indican que la victoria es de Dios”, agregó.
Según el Papa la Iglesia católica vive en la historia, no se cierra en sí misma sino que afronta “con valentía” su camino en medio de las dificultades y sufrimientos, afirmando con fuerza que el mal no vence el bien, que la oscuridad no ofusca el esplendor de Dios.
Por ello invitó a los miembros de la Iglesia a saber leer en profundidad la historia que está viviendo, aprendiendo a discernir con la fe los acontecimientos para colaborar, con su acción, al desarrollo del reino de Dios.
“A menudo, ante el mal, se tiene la sensación de no poder hacer nada pero es justamente nuestra oración la respuesta primera y más eficaz que podemos dar y que hace más fuerte nuestro cotidiano empeño en el difundir el bien”, apuntó.