Oración. La celebración inició con un novenario, Eucarística y la presentación de varias danzas.
Como desde hace 252 años, la comunidad de Ciudad Juárez estuvo de fiesta para celebrar al Santo Niño de Atocha. Por generaciones, la familia Martínez se ha encargado de sus festejos que en esta ocasión se prolongarán hasta mañana sábado. Cientos de personas se han dado cita para venerarlo y agradecer sus favores concedidos.
Las calles de Aquiles Serdán y Filomeno Mata se cerraron desde el viernes pasado para montar un gran altar y colocar una gran imagen del Santo Niño.
Es la familia Martínez la que por generaciones se ha encargado de ofrecer los alimentos a cientos de fieles que se congregan, no sólo de esta comunidad sino de diversas partes de la región y del país.
Tan sólo ayer se atendieron a cientos de personas que acudieron a la ya tradicional reliquia, para la que se prepararon hasta 100 kilos de diferentes pastas y más de 400 kilos de carne de puerco.
Por la mañana se ofrecieron platos de pozole, pues la fiesta inició desde el miércoles y se prolongó hasta las primeras horas de ayer con danzas y oraciones en su honor.
GENERACIóN TRAS GENERACIóN
Juan Manuel Martínez y Norma Amador Martínez son parte de las nuevas generaciones, y quienes esperan que sus hijos y los hijos de sus hijos conserven su devoción por muchos años más.
"Desde la panza de nuestras madres escuchábamos los tambores de las danzas. Para nosotros es un honor seguir con esta tradición", comenta Norma.
Pero no sólo la familia Martínez agradece los milagros concedidos, sino también decenas de familias que se unen a esta gran celebración. Algunos acuden a él de rodillas, caminando descalzos y otros más hasta acostados como señal de agradecimiento.
Otros lo hacen de una manera más alegre llevando música a la celebración. Como es el caso de Yolanda Vargas, quien desde hace más de cinco años se hizo una ferviente devota del Santo Niño.
Y es que fue entonces cuando le diagnosticaron a Juan Antonio, su marido, un grave padecimiento, el cual requería un trasplante de riñón de manera urgente. Los meses pasaban y la fe de Yolanda era cada vez más grande.
Bastaron dos años para que apareciera un donador y su esposo recuperara la salud, "por eso es mi promesa de venir hasta que me muera", dice emocionada.
Pero no fue sólo este el milagro que recuerda, sino también cuando su hija y su bebé sufrieron un aparatoso accidente. "Mi hija recuerda que le pedía mucho al Santo Niño que los salvara al momento de chocar, cuando en un poste vio la imagen del niño y fue ahí donde el auto se detuvo. Gracias a Dios y al Santo Niño salieron ilesos", cuenta.
Así como ésta, otras historias se pueden escuchar en Villa Juárez, en donde la devoción hacia el Niño de Atocha es cada vez más grande. Como en la familia Martínez, cuyos integrantes aseguran que su fiesta seguirá por muchos años más.
El siglo de torreón / Guadalupe Miranda
