El italiano Antonio Cassano (dcha) remata de cabeza para conseguir el gol ante el portero irlandés Shay Given. (EFE)
Antonio Cassano no lloró esta vez. Pudo reír y festejar.
Siete meses después del susto al sufrir una leve apoplejía, Cassano marcó el gol que encaminó ayer a Italia a la victoria 2-0 sobre Irlanda y el pase a los cuartos de final de la Eurocopa.
Cassano cabeceó de espaldas al primer palo, luego de un tiro de esquina, para adelantar a Italia a los 35 minutos.
En una noche húmeda y calurosa en el Estadio Municipal de Poznan, Mario Balotelli sentenció a los 90, definiendo con un remate de tijera dentro del área. Un minuto antes, Irlanda se había quedado con 10 hombres tras la expulsión del centrocampista Keith Andrews por doble amonestación.
Italia dominó con claridad el duelo, pero Irlanda fue siempre un rival necio que generó peligro.
Pero el conjunto azzurro tuvo que esperar varios instantes tras el silbatazo final para poder celebrar su clasificación, al enterarse que España había derrotado 1-0 a Croacia en el otro partido del Grupo C.
El triunfo puso fin a una racha de cinco partidos sin ganar para Italia, que comenzó la Eurocopa de Polonia y Ucrania con empates ante España y Croacia tras tres derrotas en partidos amistosos.
Con cinco puntos, Italia terminó en el segundo lugar de la llave. El campeón vigente España acabó en el primer puesto al sumar siete unidades. Croacia se despidió al finalizar con cuatro puntos y Irlanda lo hizo con tres derrotas.
"Sufrimos por esta victoria, pero lo importante es que hemos avanzado", dijo Cassano. "Fue una eternidad esperar el pitazo final en el otro partido".
Toda Italia estaba inquieta con la posibilidad de un empate 2-2 entre españoles y croatas, resultado que hubiera eliminado a los azzurri sin importar un triunfo ante Irlanda. Fue un escenario que se dio en la Euro 2004, cuando Italia venció a Bulgaria en la última fecha de su grupo, pero tuvo que viajar de vuelta a casa ante el empate 2-2 entre Dinamarca y Suecia.
Cassano se echó a llorar sin consuelo tras ese partido hace ocho años, pese a que se le declaró el mejor jugador del mismo. ayer volvió a recibir el premio, pero esta vez esbozó una sonrisa.
"Nosotros los italianos estamos acostumbrados a sufrir, pero siempre lo dejamos todo en la cancha", dijo Cassano.