Confianza. La confianza del consumidor tuvo una mejoría en septiembre debido a una percepción positiva de la economía del país. (ARCHIVO)
El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) alcanzó su nivel más bajo del presente año durante septiembre, al ubicarse en 93.4 puntos, según las cifras desestacionalizadas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El retroceso de los cinco componentes que integran al ICC fue determinante para que este indicador registrara una caída de 1.48 por ciento, con respecto al mes previo.
El descenso de septiembre apuntala la tendencia a la baja iniciada en el mes de agosto.
El componente del ICC que presentó la mayor caída en septiembre fue el que compara la situación económica actual del país, con respecto a la que se tenía hace 12 meses; en este punto el descenso fue de 5.53 por ciento, respecto al nivel que tuvo en agosto pasado. "La caída de la confianza del consumidor es resultado, principalmente del incremento de los precios del huevo y pollo, que provocaron que la inflación general se ubique en un nivel de 4.7 por ciento a tasa anual al cierre del mes de septiembre", comentó Samuel Moreno Santoyo, analista económico de Invex
El analista comentó que aunque en los próximos meses se presentarán algunos factores positivos, como la apreciación de la moneda nacional frente al dólar, esto no será suficiente para reactivar la confianza del consumidor; razón por la cual se mantendrá una tendencia de debilidad en lo que resta del año.
Durante el noveno mes del 2012 no se enviaron buenas señales para el mercado interno.
El componente del ICC que registra la expectativa de compra de bienes duraderos por parte de los consumidores, hiló su segunda caída mensual al descender 3.24 por ciento. Con esto, este componente acumuló una baja de 8.7 por ciento en los dos últimos meses reportados.
Analistas de Banorte -IXE coinciden en que la baja de la confianza del consumidor derivó del alza en los precios del huevo y el pollo, pero añaden que la contracción del componente relacionado al consumo de bienes duraderos se debe a la fuerte alza que ha presentado la inflación subyacente.
