Alegran fieles corazón del Papa
Por: Arcelia Becerra y Catalina Reyes.
A Benedicto XVI le ganó la emoción al salir del balcón de la Casa del Conde Rul y toparse con una multitud de niños y adolescentes.
Empezaba a leer su discurso y en la segunda línea improvisó diciendo: “Muy contento el corazón del Papa”.
Niños, jóvenes y no tan niños, entusiasmados entonaban porras y cánticos al Sumo Pontífice: “Benedicto, hermano, ya eres mexicano”, “Se ve, se siente, el Papa está presente”, “Esta es la juventud del Papa”.
Todo era alegría en la Plaza de la Paz de la ciudad de Guanajuato.
El sol empezaba a meterse y se sentía un ligero viento, cayeron contadas gotas de lluvia y entonces, apareció el papamóvil con Benedicto a bordo, por la calle Luis González Obregón.
La Basílica de Nuestra Señora de Guanajuato lo recibió decorada con docenas de arreglos florales amarillos y blancos.
Las campanas repicaron durante más de 5 minutos, sin parar, mientras que cientos de personas gritaban emocionadas y sacaban fotografías con sus celulares.
Fue entonces cuando el papamóvil se detuvo frente a la Basílica para bendecir la rosa de oro que fue colocada junto a la escultura de madera de la patrona de Guanajuato, hubo un silencio casi total.
Los cerros que abrazan la ciudad lucían majestuosos: La Bufa, La Sirena y La Crucita y más allá la sierra de Guanajuato, abrazaban a sus habitantes, felices por recibir al Pastor de la Iglesia Católica.
Hubo un momento conmovedor que pudo observarse gracias a una pantalla instalada a un costado de la Basílica: Benedicto XVI acarició a un bebé que le acercaron.
Según se supo después, una familia de Aguascalientes llevaba al bebé en brazos cuando un sacerdote lo tomó “prestado” y levantándolo en brazos le fue acercado al Papa.
Tocó en suerte al bebé que el Papa lo acariciara. No estaba en el programa.
El Papamóvil con Benedicto a bordo, dio vuelta en la calle Ponciano Aguilar para salir por Pocitos hacia un acceso a la Casa del Conde Rul en donde lo esperaba el presidente de la República, Felipe Calderón.
Un elemento de Protección Civil explicó que se utilizó el acceso por la parte de atrás para evitar que el Papa subiera escaleras.
La reunión con Calderón duró más de lo esperado.
Pero la alegría no cesó en la Plaza de la Paz.
Las orquestas infantiles Azteca de Dolores Hidalgo y Puebla, tuvieron mucho que ver en el ambiente de la plaza. Lo mismo tocaban ‘Cielito Lindo’ que ‘Himno a la Alegría’.
Segundos antes de que saliera el Papa al balcón, los niños sinfónicos cantaron ‘Caminos de Guanajuato’ y consiguieron que casi todos los presentes entonaran “La vida no vale nada”.
Un periodista francés sonrió con la letra y preguntó si era la más adecuada para Benedicto XVI.
Entre los jóvenes más organizados para las porras se encontraba un grupo llamado Pastoral Juvenil Universitaria de Guadalajara, coordinado por el sacerdote argentino, Javier Ray.
Y como si se hubieran puesto de acuerdo, otra argentina, llamada Elisa, misionera en el Distrito Federal, se encontraba muy cerca, también con su banderín en mano.
La cúpula de San Felipe Neri, de la Compañía de Jesús, destacaba en el horizonte al igual que la iglesia de San Roque y el templo de San Diego. Parecía que festejaban con la ciudad.
Algunos balcones de las construcciones que dan a la Plaza La Paz estuvieron vacíos, pero no por falta de interesados sino porque las autoridades impidieron su uso dado que están en malas condiciones y podrían provocar algún accidente.
La gente volteaba a mirarlos con ganas de ocuparlos en un intento de ver al Papa más claramente.
Un helicóptero sobrevolaba el lugar y miles de papelitos blancos y amarillos disparados por un “cañón” a base de CO2, enmarcaron el final del mensaje del Papa Benedicto.
Cuando Su Santidad se despidió de “Mis pequeños amigos”, Carlos Eduardo, de 12 años de edad, sonrió. Él estuvo atento a las palabras.
Con sus ojos bien abiertos, no se distrajo en ningún momento hasta que el Pontífice desapareció del balcón.
Animan incansables el festejo
Niños de escuelas de Guanajuato capital y jóvenes universitarios de Guadalajara fueron incansables animadores y porristas del Papa Benedicto XVI en la Plaza de la Paz.
Antes de su llegada, alumnos de las escuelas Carlos Montes de Oca, Instituto La Salle, Mártires 22 de Abril, Delfina Quiñones y Euquerio Guerrero estuvieron cantando ‘Cielito Lindo’.
Y después, gritaron, gritaron y gritaron.
A la llegada del Papa a la ciudad, anunciado en la pantalla gigante, cuando entró a la plaza, cuando salió al balcón, cuando les dedicó el discurso. Eran 48 niños vestidos de blanco.
Al repicar las campanas de la Basílica que anunciaban la inmediatez del Santo Padre, gritaron de emoción y ondearon sus banderitas blancas y amarillas.
Apenas ayer a las 9 de la mañana los concentraron en el Instituto La Salle para ensayar dos horas las canciones que cantaron por la tarde, contó Fátima Luna Yebra, una de ellas. Todos fueron voluntarios.
“Vinimos porque quisimos, porque yo quise venir para ver al Papa”, expresó.
A unos metros de ellos, otro grupo de jóvenes estudiantes de la Universidad Panamericana de Guadalajara pasaron más de una hora echándole porras al Papa, antes y durante su estancia en la plaza, sobre todo cuando permaneció adentro de la Casa del Conde Rul hablando con Felipe Calderón.
“Echale ganas, a la caminata, y si te cansas, reza por el Papa, reza por el Papa”, era una porra. Otra: “Benedicto, hermano, ya eres mexicano”; “Se ve, se siente, el Papa está presente”; “Benedicto, uh, ah, ah, uh, Benedicto, uh, ah, ah, uh”, eran otras, que repitieron docenas de veces acompañadas por una coreografía con las manos, al pie de la estatua de la plaza.
Ellas mismas las inventaron en su trayecto de Guadalajara para acá, el viernes. En la bienvenida afuera del aeropuerto, el viernes, las estrenaron.
“Las inventamos con la creatividad, con el ingenio del mexicano”, dijo Paulina Guerra.
Paulina, María González y Daniela Ríos fueron las más entusiastas de la porra, no pararon.
Su ánimo lo contagiaron a las niñas de blanco, que en un momento les pidieron repetirlas para ellos y las aprendieron ahí mismo.
Los niños capitalinos y los jóvenes jaliscienses igual cantaron Cielito Lindo y Caminos de Guanajuato cuando todos los reunidos ahí lo hicieron.
“Esta es la juventud del Papa”, decía la porra jalisciense que definía también el ánimo juvenil e infantil en la Plaza de la Paz.
Vibran grupos pastorales
Dos grupos pastorales viajaron desde Mazatlán y de Guadalajara especialmente para ver al Papa, uniformados, uno de ellos del seminario y otros de universidades. Lograron su cometido, pues pudieron verlo desde la Plaza de la Paz y el jardín Unión.
Un grupo de 42 seminaristas de Mazatlán salieron el viernes por la mañana. Llegaron justo a tiempo poco después de las 4 de la tarde para colocarse en las vallas del jardín Unión y dos hors después ver a Benedicto a un metro de distancia.
Mandaron hacer playeras azul marino para distinguirse en esta visita, que incluye la misa de hoy en la Expo Bicentenario.
“Eso es lo central (la misa)”, afirmó el seminarista José Manuel Lizárraga Ríos.
“Aprovechamos y andamos conociendo Guanajuato”, afirmó el sacerdote que venía con ellos.
Otro grupo que también se uniformó con playeras rojas especialmente para este viaje, fueron 65 jóvenes de diferentes universidades de Guadalajara que forman la Pastoral Universitaria. Planearon su viaje desde el 3 de febrero. También salieron el viernes para estar afuera del aeropuerto de Guanajuato cuando llegó el Papa.
“Ya hasta nos tocó ver al Papa. Iba muy rápido, lo vimos como un flashazo. Sí fue muy divertido, muy padre, afirmó Lupita Navarro.
El viernes durmieron en las instalaciones de la Universidad La Salle, en León, porque pidieron “posada” por teléfono.
“Hace mes y medio se les habló y dijeron con mucho gusto, sin conocernos Estamos muy agradecidos”, explicó María Ramírez.
A este grupo le tocó lugar privilegiado en la Plaza de la Paz. Cerca de la estatua de la paz. Después de concluir el evento del Papa con los niños y jóvenes, ayer por la noche se fueron a dormir en la Expo Bicentenario, en plena tierra, con sus cobijas y sleeping bags.
“No buscamos hotel porque si no le hacemos así luego no va a haber lugar”, explicó María.
El sacerdote Javier Ray compuso una canción al Papa y la estuvieron cantando en la calle Alonso, antes de ingresar a la Plaza de la Paz.