Aportan calidez, permiten la separación visual de ambientes y aíslan del ruido, pero hay que vigilar el mantenimiento de las alfombras.
Ya sean fabricadas con fibras sintéticas como nylon, poliéster, polipropileno, o naturales como lana, algodón, fique o rafia, entre otras, todas requieren mimos espaciales para no ser guarida de insectos, polvo y residuos orgánicos.
Aunque su empleo en muchos casos se vincula como causante de alergias respiratorias, lo cierto es que un mantenimiento adecuado evita estos males, e incluso puede impedir la entrada de polvo al hogar.
Para mantener su belleza e incrementar su durabilidad, sólo requiere prestar la atención debida y seguir algunos tips de los expertos.
Su amiga la aspiradora
Si adquirió una alfombra, ya sea pequeña, mediana o grande, debe asegurarse de contar con una aspiradora que posea los aditamentos básicos para hacer un trabajo correcto no sólo en la superficie general del tapete, sino también para atraer el sucio de las esquinas y rincones difíciles.
Necesita poseer un juego de cepillos de varios tamaños, que permitan aspirar el polvo y también "peinar" el hilo de la alfombra; igualmente, extensiones y tubos con orificios variados. Verifique la potencia y características: un modelo pequeño y portátil puede funcionar para mantener limpio su vehículo por dentro, por ejemplo, pero no para higienizar una alfombra mediana o grande, ya que no succionará con eficiencia. Para guiarse y adquirir un equipo adecuado, revise los watts: mientras menos alto sea el número, menos potencia tendrá el aparato.
La periodicidad de la limpieza mediante la aspiradora, depende mucho del tráfico. Áreas de tráfico nulo como cuando sobre ellas descansa un mueble-, o ligero, con circulación escasa durante el día (salas, comedores, habitaciones), requieren un aspirado semanal, pero zonas de circulación frecuente como oficinas y algunas habitaciones, necesitan que este mantenimiento se haga dos veces por semana. Y finalmente, salas de televisión, escaleras, pasillos, etc, demandan generalmente que se aspiren diariamente.
El aspirado debe realizarse de pared a pared si se trata de un área total alfombrada- y en un solo sentido. Si es un área de mucho tráfico, pase la aspiradora varias veces sobre la misma zona y en diferentes direcciones. Este tratamiento, si se hace continuamente, también ayudará a mantener levantado el hilo.
Verifique que la bolsa de recolección de desperdicios no sobrepase la mitad de su capacidad, mantenga limpios los cepillos y elimine las basuras grandes manualmente antes de aspirar para no se tapen los conductos de succión. Los mejores modelos de este electrodoméstico cuentan con filtros que impiden que parte del sucio extraído vuelva al ambiente por escape de partículas.
Barreras cuidadoras
Un recurso que no solamente ayudará a su alfombra a mantenerse en buen estado y libre de sucio, sino que también protegerá al hogar en general del ingreso de tierra y suciedad, es la presencia de una buena moqueta colocada a la entrada de su hogar.
Este felpudo, para que cumpla en forma correcta su función, debe tener un diseño y textura con ranuras de varios milímetros de profundidad que permitan atrapar el polvo y el agua rápidamente.
También, deben soltar con facilidad la suciedad al momento de su aseo y ser fáciles de lavar. Para evitar resbalones y caídas, su textura debe ser áspera. El tamaño también importa: su superficie debe permitir que usted pueda dar dos o tres pasos antes de entrar a su hogar. Debe colocar estas moquetas en todas las entradas que conecten con el exterior y aspirarlas todos los días o dos veces por semana, según el tráfico de la estancia.
Cuidados generales
Una alfombra aplastada no es precisamente un complemento decorativo. Para evitar esta situación, cuando sea causada por muebles u objetos que ocasionan fricción, coloque protectores en las patas de sillas, muebles y camas y rote estos objetos para que el peso no caiga siempre sobre la misma zona. Pasar la aspiradora con regularidad también ayudará a levantar el pelo y por tanto reducirá el efecto de apelmazamiento.
Algunos expertos recomiendan recuperar el hilo con una plancha de vapor, la que se debe colocar a unos 7 centímetros por arriba de la parte de alfombra afectada, dejando que el vapor penetre en las fibras y levante el hilo. Luego, se "peina" el área con un cepillo de cerdas suaves. El proceso puede repetirse si es necesario, pero nunca toque la superficie de la alfombra con la plancha caliente.
Las manchas son otro enemigo inexorable. La primera medida es atacarlas en forma inmediata, pues pasado un tiempo, será mucho más difícil acabar con ellas. Si se derramó un líquido, trata de absorber la mayor cantidad posible con un paño de algodón y si es sólido, elimínelo con espátula y mucho cuidado; luego aplique un producto especial para remover los residuos, varias veces si es necesario.
Todos estos cuidados, sin embargo, no sustituyen una limpieza profesional. En áreas de tráfico ligero, se puede realizar anualmente, pero en zonas de circulación media y alta, se deberá recurrir a manos expertas cada cuatro a seis meses.
Sabías Qué...
Alfombras, tapices, cortinas y demás objetos textiles requieren un mantenimiento regular para no afectar la salud de los ocupantes de un hogar, pues son receptores de polvo y sustancias nocivas. Por otra parte, para evitar la contaminación interior, es una buena costumbre imitar a los japoneses, quienes se descalzan antes de entrar a sus casas. Aspire las alfombras y tapices al menos una vez por semana y guárdelos cuando realice alguna renovación; en el caso de los muebles, cúbralos para que no absorban polvo ni se manchen.