Cambiar estilos de vida sobre todo en lo que respecta a la alimentación, reduciendo el consumo de grasas saturadas especialmente presentes en productos de origen animal como carnes y lácteos, y procurando una mayor práctica de actividad física de manera periódica, son fundamentales para revertir esta tendencia.
Alrededor de 15 millones de mexicanos manejan cifras altas de colesterol, principal precursor de afecciones cardiovasculares, y de ellos 92 por ciento desconoce tener dicha condición, afirmó el médico del IMSS, Miguel Escalante Pulido.
El endocrinólogo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, dijo que la hipercolesterolemia tiene un ligero predominio en los hombres y se asocia principalmente al consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y a la pobre o nula actividad física.
“El problema del colesterol elevado se debe principalmente a una dieta rica en grasas saturadas, en segundo lugar al sedentarismo y en tercer sitio a la predisposición genética”, indicó el experto.
En un comunicado, añadió que la edad contribuye a la elevación de los niveles de colesterol en sangre, debido a que a partir de los 40 años aumenta su producción, a la vez que los receptores de esta grasa, tanto a nivel periférico como hepático tiende a desaparecer.
“Si a esto se añade una dieta inadecuada y poca actividad física, el problema se hace mayor”, destacó Escalante Pulido.
Detalló que en condiciones normales, los niveles de colesterol en el cuerpo no deben ir más allá de los 200 miligramos por decilitro de sangre, pues este lípido tiene funciones muy importantes para el organismo.
Expuso que el colesterol sirve para que las glándulas suprarrenales y gónadas (testículos y ovarios) sinteticen hormonas, su ausencia inhibiría la función reproductiva del individuo, así como la concentración de calcio.
“Con ello se alteraría el desarrollo muscular y óseo, además las membranas de nuestras células tienen un recubrimiento de lípidos, principalmente colesterol”, apuntó el especialista.
Lo más grave, señaló el especialista, es que además de que la mayoría de las personas se desconoce afectada por niveles elevados de colesterol, la tendencia de esta patología ha venido en aumento en personas jóvenes, a partir de los 20 años de edad.
Cambiar estilos de vida sobre todo en lo que respecta a la alimentación, reduciendo el consumo de grasas saturadas especialmente presentes en productos de origen animal como carnes y lácteos, y procurando una mayor práctica de actividad física de manera periódica, son fundamentales para revertir esta tendencia.
Asimismo, dijo, la revisión de los niveles de colesterol mediante estudios en sangre es también muy importante. Ésta debe hacerse desde los 18 años y de resultar normal, repetirse cada quinquenio, mientras que si aparecen elevaciones del colesterol, el chequeo se recomienda cada año.
En el programa PrevenIMSS, la detección de colesterol está entre las acciones prioritarias, con énfasis en personas con diabetes, obesidad e hipertensión, por ser más proclives a manejar alteraciones en sus lípidos, en lo que se conoce como síndrome metabólico.
