Irán amenazó con romper las conversaciones con las potencias mundiales a menos que Occidente levante las sanciones contra las exportaciones petroleras de su país y reconozca el derecho iraní a un programa nuclear civil.
La delegación iraní en las conversaciones con el Grupo 5+1, iniciadas la víspera en Moscú, advirtió que una respuesta negativa de la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, significaría “el final de las negociaciones” en su configuración actual.
La amenaza iraní fue lanzada en el segundo día de conversaciones con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas más Alemania sobre el polémico programa nuclear de Irán, después de haber pocos progresos en la jornada del lunes.
Ashton ha adelantado que la Unión Europea (UE) no cederá en el embargo petrolero que entrará en vigor el próximo 1 de julio a menos que Teherán acepte limitar su enriquecimiento de uranio al 20 por ciento, según la agencia rusa de noticias Itar-Tass.
A pesar de que Irán ha amenazado con poner fin a las conversaciones, los planes para celebrar una nueva reunión, esta vez en China dentro de pocas semanas, estuvieron bajo discusión en Moscú.
El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, aseguró la víspera que está dispuesto a dejar de enriquecer uranio al 20 por ciento, como demanda Estados Unidos y sus aliados, si las potencias mundiales le garantizan el suministro de combustible nuclear.
Tras dos rondas de conversaciones en Estambul y Bagdad, en abril y mayo pasados, el G 5+1 (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia más Alemania) e Irán celebran una tercera ronda en Moscú para intentar superar sus diferencias en torno al programa nuclear iraní.
Michael Mann, portavoz de Ashton, quien encabeza la delegación de las seis potencias, admitió que la primera jornada de negociaciones fue “intensa y dura” pues tuvieron con Irán un difícil intercambio de puntos de vista, sin embargo sólo hubo pocos avances.
Irán había dicho que las conversaciones sólo avanzarían si las potencias levantan las sanciones económicas y reconocen su derecho a enriquecer uranio, un proceso que Teherán dice utilizará para fines pacíficos, pero que le podría permitir elaborar material bélico.
El Grupo 5+1 espera persuadir a Irán para que ponga fin a la producción de uranio altamente enriquecido que, a su juicio, podría utilizarse con fines militares.
Irán ha advertido que sólo suspenderá sus actividades hasta que las seis potencias reconozcan el derecho de Teherán de contar con producción nuclear propia con fines energéticos y si se le provee de combustible nuclear, en lugar de las sanciones económicas.