Las Águilas ya perdieron una final con el Pachuca.
Para continuar por el sendero que lleva a la gloria, el América tendrá que derrotar a esa “bestia negra” que tanto lo ha hecho sufrir durante los recientes años.
Las Águilas quedaron emparejadas con los Tuzos, quienes las eliminaron las dos ocasiones que se encontraron en una Liguilla. Tiempos de revancha para un club que parece haber encontrado estabilidad con Miguel Herrera en el banquillo.
Ambas fueron igual de dolorosas. Aquel revés en la final del Clausura 2007 (2-3) se unió al vivido en la ronda de cuartos (1-3, en el marcador agregado), dentro del Verano 2001, certamen en el que los azulcrema fueron líderes generales.
Ya lo hicieron durante la fase regular del Clausura 2012. El 1-0 sobre el Pachuca, del 19 de febrero, les permitió fulminar la cadena de ocho juegos (dos igualadas y seis caídas) sin imponerse a los hidalguenses. Herrera y sus futbolistas anhelan hacer lo mismo con la hegemonía blanquiazul en la Liguilla, etapa en la que el América jamás ha derrotado a su rival de hoy (dos empates e igual número de derrotas).
Los antecedentes están de su lado, pero la directiva pachuqueña prefiere otorgar la etiqueta de favorito a su adversario. Les gusta el perfil bajo, al menos por ahora.
Discurso que no convence a Herrera, para quien haber terminado mejor colocado en la tabla no es garantía, ya que se enfrentará a "un rival muy difícil, como todos".