El América dejó ir vivo al Monterrey y tendrá que vencerlo en la vuelta u olvidarse del boleto a la final. (Jam Media)
El americanismo se lleva un chasco en el inicio de las semifinales. Frente a sí, el orgulloso Monterrey copa todos los espacios y despliega peligrosas descolgadas. Para colmo, el árbitro Mauricio Morales los deja en inferioridad numérica en la agonía, al expulsar a Paul Aguilar. Y bajo esa perspectiva, las Águilas pierden altura en el maltrecho Estadio Azteca y terminan por igualar sin goles, para conceder la ventaja a los regios de cara a la vuelta, el sábado en el Tecnológico.
Ahora, el América está obligado a vencer en la vuelta, porque de lo contrario se habrá acabado la aventura en el Clausura 2012. Y tendrá que hacerlo con renovados bríos, porque el 0-0 reprochado por el respetable, descubre a unos capitalinos sin goles en sus últimos dos encuentros de Liguilla en el Coloso de Santa Úrsula, como si Paul McCartney se hubiera llevado todo el espectáculo una noche antes.
En dos minutos, Paul Aguilar recorta hacia el centro e impacta de zurda para tomar frío a Jonathan Orozco. La tempranera ofensiva encuentra de vuelta a Paul, indeciso en un nuevo impacto de frente a la portería. Y en el cobro del tiro de esquina, Aquivaldo Mosquera busca hacer daño tras un rebote en el área regia.
La tempranera ofensiva que descubre el técnico azulcrema, Miguel Herrera, abandona la idea del marcaje personal contra "El Chupete" Suazo. Con los brazos cruzados, al borde del área técnica, "El Piojo" recurre de vez en vez a la botellita de agua que se halla a sus pies, mientras aparenta estar satisfecho de su planteamiento inicial.
El acoso capitalino no asusta a los regios, que calientes destapan peligrosos contragolpes, como el que al minuto 15, "Chelito" Delgado catapulta hacia Aldo de Nigris, cuyo cañonazo, en mano a mano, es desviado con las uñas por un inspirado "Moi" Muñoz. El paradón del meta crema ayuda al respiro de su zaga, que acusa lentitud en la figura de Mosquera.
Al líbero colombiano lo escoltan los juveniles Érik Pimentel y Diego Reyes, mientras en las bandas se descuelgan Aguilar y Cárdenas. La recuperación corre a cargo de Molina y Medina, mientras la parte ofensiva recae en el capitán Montenegro, Christian Benítez y Matías Vuoso, quien inesperadamente reaparece como titular.
Herrera se guarda en el banquillo al contrastante Bermúdez y Víctor Manuel Vucetich al polémico examericanista Ángel Reyna, pese a la novela organizada por las directivas de ambos bandos, en el escritorio, de habilitarlo e inhabilitarlo para este compromiso.
Intenso y calientito, el encuentro reporta decisiones bravas que el árbitro Mauricio Morales resuelve con puntería. Primero no concede faul a un taponazo sobre Vuoso y después a una embestida de Aguilar a barrida de Zavala, que el nazareno juzga como clavado del carrilero amarillo.
El cierre del primer lapso crece en emociones, por aquel tiro libre de Chema Cárdenas que apaga Jonathan Orozco con espectacular lance. Y en un contragolpe crema, el equipo triangula espectacular, Benítez le marca el pase a Vuoso y el moreno remata sobre la salida del portero, pero Darvin Chávez salva sobre la línea y luego los capitalinos reclaman un penalti, y los regios, fair play.
El complemento presume un atractivo vaivén, como el que organiza "El Chupete" y que milagrosamente salva Diego Reyes. De inmediato entra Ángel Reyna, sólo para pasar desapercibido y ganarse el repudio del respetable.
Extrañamente, el divorcio se produce a los 68 minutos. "El Piojo" suple a Vuoso por Jiménez y Matías aplaude exageradamente el movimiento, por lo que Herrera corresponde con aplausos similares al paso del artillero por su banca. Y en la siguiente acción, Benítez se guarda un balón cuando Raúl Jiménez ingresaba solito, de ahí el berrinche del muchacho por el esférico.
Expulsado
Sufrieron las Águilas del América, Paul Aguilar dejó en desventaja a su equipo.
