La encuesta que dio a conocer el Reforma el pasado 31 de mayo es todavía atípica. El margen de cuatro puntos porcentuales entre el primer y el segundo lugares en la contienda es con mucho el menor de todos los sondeos que se han dado a conocer, incluso el de Covarrubias y Asociados que hace encuestas para Andrés Manuel López Obrador. El promedio de siete encuestas publicadas en medios recopila Consulta Mitofsky muestra todavía una distancia de casi 20 puntos porcentuales.
De lo que no hay duda es que Enrique Peña Nieto está perdiendo terreno. Esto parecería consecuencia de las manifestaciones y críticas en su contra por el grupo #Yo soy 132 y otros. También es claro que ha sido Andrés Manuel López Obrador, y no Josefina Vázquez Mota, quien se ha beneficiado de la situación para colocarse en segundo lugar. En el resumen de siete encuestas publicadas en medios de comunicación Consulta Mitofsky señala que Peña Nieto ha perdido en promedio 3.2 puntos porcentuales y Josefina 5.1 de marzo a mayo, mientras que Andrés Manuel ha subido 5.7 y Gabriel Quadri 2.6.
Lo anterior no es insignificante, independientemente del margen que pueda haber entre el primero y el segundo lugares en la contienda. La experiencia nos dice que hay una concentración del voto útil en el candidato que va en segundo lugar por parte de electores que a toda costa quieren evitar que un determinado candidato sea el ganador. En 2006 esta tendencia benefició a Felipe Calderón y le permitió derrotar a López Obrador dejando muy atrás al priista Roberto Madrazo. Si López Obrador mantiene su actual segundo lugar, él podría ser el imán del voto anti-Peña.
Al convertirse en un verdadero contendiente en la lucha presidencial, sin embargo, López Obrador será objeto de un escrutinio cada vez más fuerte. Si bien en esta campaña ha logrado buenos puntos por su imagen de honestidad, subrayada por su decisión de viajar en aviones comerciales, y por haber presentado un gabinete adelantado con gente respetada entre la sociedad, en el que destaca Juan Ramón de la Fuente como secretario de Educación, los viejos temores sobre su radicalismo están saliendo a flote nuevamente.
Es imposible para muchos olvidar la prolongada toma del Paseo de la Reforma en 2006. Hay cuestionamientos serios acerca de la ruta que plantea para Pemex: que sería reducir las exportaciones de crudo, la parte más rentable de la empresa, para invertir en cinco refinerías, que es la parte que pierde dinero. Mucha preocupación ha generado, por otra parte, su promesa de revivir Luz y Fuerza del Centro y entregársela otra vez al Sindicato Mexicano de Electricistas.
Falta menos de un mes para las elecciones del primero de julio. La idea de que el desenlace estaba predeterminado está cayendo por tierra. Y esto puede tener otra consecuencia importante en el resultado.
La experiencia nos dice que el PRI tiene mejores desempeños en elecciones con poca participación de los ciudadanos. Esto es consecuencia del hecho que tiene mejores organizaciones para llevar a sus simpatizantes a las urnas (algunos lo llaman acarreo). Cuando un mayor número de personas acude a sufragar, este voto duro del PRI tiene menor importancia.
Si la elección realmente se cierra se generaría un mayor entusiasmo de los ciudadanos por acudir a las urnas el primero de julio, lo cual haría más difícil el triunfo para el PRI.
En una elección que por ley debe concentrarse en spots de radio y televisión, que poco o nada han aportado al proceso, el momento más importante para cambiar el rumbo de las preferencias del electorado parecería ser el segundo debate que se llevará a cabo este domingo 10 de junio.
CATARRITO
Las caídas de las bolsas en el último mes revelan el temor de una nueva recesión. La economía mexicana está todavía creciendo a buen ritmo, pero el 2009 ya nos demostró que una pulmonía en el mundo le produce a México mucho más que un simple catarrito.
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