¿Qué debemos saber para combatir la Paratuberculosis Bovina?
La paratuberculosis, también conocida como enfermedad de Johne, es una enfermedad infecciosa crónica que afecta principalmente a rumiantes domésticos y silvestres, causada por Mycobacterium avium subsp. Paratuberculosis (M. paratuberculosis). Presenta distribución mundial, su importancia radica en el impacto en la salud animal y las pérdidas económicas directas e indirectas que genera, debido principalmente a la disminución en la producción, desecho prematuro de los animales, costos asociados al tratamiento, así como enfermedades secundarias. De acuerdo con la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OIE), esta es una enfermedad relevante para el comercio de animales y sus productos, se considera de importancia socioeconómica y con repercusión en la salud pública. En México, se diagnosticó por primera vez en 1936 por medio de la prueba de intradermorreacción o Johnina, así como mediante la identificación de bacilos ácido alcohol resistentes (BAAR) en frotis de heces de bovinos. Sin embargo, el primer aislamiento data de 1979. Desde entonces existen múltiples publicaciones que evidencian la presencia de esta enfermedad en bovinos, ovinos y caprinos de varios Estados de la República Mexicana. Esta es una enfermedad infecciosa, contagiosa, de curso crónico, que impacta severamente, de manera negativa, a la capacidad productiva de los animales enfermos.
La bacteria tiene la capacidad de sobrevivir en el interior de las células fagocitarias, lo que ocasiona que el tratamiento en animales no sea recomendado. La Paratuberculosis produce una enteritis granulomatosa, diarrea crónica, emaciación, debilidad, resequedad de piel y pelo, muerte. La enfermedad afecta a los bovinos, ovejas y cabras, ocurre también en rumiantes silvestres, como venados y renos, se difunde rápidamente, debido a que los animales crónicamente enfermos presentan cuadros diarréicos eliminando al microorganismo en las heces evacuadas, propiciando así la infección `cuando se ingieren alimentos y agua contaminados. Se considera que el 25% de las becerras, hijas de vacas crónicamente enfermas, sufren de la infección en la fase intrauterina. Otra vía de contagio de becerras ocurre al ingerir calostro o leche de vacas enfermas .Se ha demostrado la presencia de Mycobacterium paratuberculosis en diferentes razas de bovinos y se conoce también su presencia afectando ovejas y cabras en varios estados de la república, sin embargo, aún no existe en México una Campaña Oficial para combatir la enfermedad.
Aunque se sabe que la Paratuberculosis está difundida en todo el territorio nacional, incluyendo la Comarca Lagunera, los datos de prevalencia son escasos o nulos. Sin embargo, se cuenta con los laboratorios y el personal capacitado que dispone de técnicas modernas para el diagnóstico confiable de la enfermedad.
El diagnóstico de Paratuberculosis suele realizarse mediante estudios de microscopía, en muestras de mucosa rectal o de materia fecal. También es común el cultivo bacteriológico de este tipo de muestras. Se puede recurrir a una prueba similar a la tuberculina llamada Johnina, para la cual se utiliza una Tuberculina del tipo aviar. Se tiene en México y específicamente en la Región Lagunera laboratorios con capacidad para realizar pruebas de ELISA, Inmunodifusión y PCR. Como el Complejo del Centro de Investigación y Diagnóstico en Salud Animal (CIDSA) en las instalaciones de la Uniòn Ganadera Regional de la Laguna.
El control de la Paratuberculosis es muy complejo, especialmente si tomamos en cuenta que los animales infectados eliminan cantidades importantes del microorganismo en las heces durante 18 meses antes de mostrar manifestaciones clínicas de la enfermedad. Además, estas bacterias pueden sobrevivir entre 98 y 300 días en presencia de materia orgánica que lo proteja de la luz solar. La infección por vía oral resulta entonces sumamente factible con la sola presencia de un animal enfermo. Aunque se han realizado diferentes estudios de Paratuberculosis en ganado, en hatos en los que predominaban animales con diarrea crónica y se han utilizado vacunas experimentales, aún no existe un inmunógeno autorizado para su control . Es entonces evidente que la enfermedad para ser controlada requiere de la aplicación de medidas extremas como se describe a continuación:
La realización de pruebas de diagnóstico, las cuales pueden ser de las siguientes: Estudios de microscopía de raspados de mucosa rectal, o bien, de materia fecal; cultivos bacteriológicos para intentar el aislamiento del microorganismo, estudios serológicos utilizando técnicas, como ELISA, Fijación de Complemento o Inmunodifusión; técnicas de tipo molecular como PCR. Se pueden practicar también exámenes histopatológicos de biopsias de la porción terminal de Íleon o de ganglios linfáticos mesentéricos.
Las pruebas de intradermo-reacción son utilizadas en algunos países, empleando tuberculina PPD elaborada con Mycobacterium avium, sin embargo, es una técnica que no garantiza especificidad.Una vez que se confirma la presencia de la enfermedad en un hato, es indispensable separar a los animales sanos de los enfermos.
Se debe sacrificar a la mayor brevedad a los animales enfermos. Instrumentar acciones de desinfección. Diagnóstico cada 6 meses y lo más importante es separar a las crías de sus madres al momento de nacer y alimentarlas con calostro y leche pasteurizados o con substitutos. El calostro y el uso de la leche de descarte en etapas de crianza son unas de las principales formas de transmisión., de tal manera que el uso de pasteurizadores de leche y calostro es recomendable, o el uso de sustitutos de leche y calostro deshidratado bovino.
Existe el proyecto en la Dirección General de Salud Animal de la SAGARPA para iniciar una campaña voluntaria para el combate de esta enfermedad.
Para mayor información consulte al Mèdico Veterinario Zootenista Especialista Certificado.
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