El presidente ruso, Vladímir Putin, se reunió con su homólogo chino, Hu Jintao, para abordar cuestiones bilaterales y la situación en Siria, en la que los dos países comparten una postura común de bloqueo a las iniciativas de Occidente en la ONU.
Putin, quien llegó este martes a la capital china para participar en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) los días 6 y 7 de junio, se ha negado a apoyar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas nuevas sanciones contra el régimen de Bachar al Assad por su represión, como piden Estados Unidos o Europa.
China se ha alineado con Moscú en esta estrategia, que reiteró incluso tras la masacre de Houla de hace unos días, que causó la muerte de 108 personas y provocó una oleada de rechazo internacional al régimen sirio.
Además de la cuestión siria, Putin tiene previsto abordar con las autoridades chinas el aumento de la cooperación energética, aunque Moscú rechazó la semana pasada que los dos países logren desbloquear por fin un acuerdo, pendiente desde 2009, para que Rusia exporte anualmente 70 mil millones de metros cúbicos de gas ruso al gigante asiático.
La visita de Putin se enmarca en la cumbre de la OCS que China ha organizado en Pekín, y que hizo que buena parte de los jefes de Gobierno y de Estado de Asia Central, así como el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, se hayan desplazado a la capital china.
Fundada por China en 2001, la OCS tiene el objetivo de fomentar la cooperación en materia de seguridad económica entre los estados miembros (China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán), pero los expertos señalan que es un organismo para frenar la influencia occidental en Asia Central.
