La ruptura arterial ocurre entre los 40 y 60 años con manifestaciones de dolor de cabeza súbito y de gran intensidad. INGIMAGE
El aneurisma intracraneal es un motivo muy importante de atención quirúrgica y suele manifestarse súbitamente, ya sea con una hemorragia cerebral o incluso con muerte repentina, afirmó el especialista César Cuauhtémoc Cañedo Castañeda.
El experto en neurocirugía del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco explicó que el aneurisma es una afección congénita, esto es, que la persona ya nace con el problema, en este caso, se trata de un defecto en las paredes arteriales.
“Las arterias tienen tres capas y en las personas con aneurisma hay una menos”, y es ahí donde ocurre la ruptura del vaso, con las consecuencias ya descritas de sangrados o de muerte, dijo el jefe de Neurocirugía del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional de Occidente (CMNO) del IMMS.
Dio a conocer que al año se operan entre 80 y 130 personas por ruptura de un aneurisma cerebral, logrando una sobrevivencia muy alta, de hasta 90% en promedio.
Dijo que un sangrado por aneurisma tiene un patrón muy definido, conocido como hemorragia subaracnoidea, de manera que cuando ésta ocurre y no hubo un golpe craneal de por medio, es prácticamente un hecho que el origen fue la ruptura del aneurisma.
Comentó que es entre los 40 y los 60 años cuando suele ocurrir la ruptura arterial, “los pacientes manifiestan haber sentido un dolor de cabeza súbito, de gran intensidad, y lo refieren como el más fuerte de su vida”, señaló el especialista.
Agregó que aunque la mayoría sobrevive a la cirugía (90%), la mitad queda con alguna secuela irreversible, ya se motriz, cognitiva o ambas.
Comentó que el diagnóstico del aneurisma intracraneal se hace cuando ocurre el sangrado o la muerte súbita ya que no existen síntomas que lo evidencien.
Sin embargo, destacó que algunas patologías crónicas que comprometen el sistema circulatorio como la diabetes, la hipertensión arterial, la elevación de grasa en sangre (hiperlipidemias), incrementan el riesgo de que un aneurisma se rompa.
Igualmente, dijo, el tabaquismo y el estrés frecuente y prolongado contribuyen a que una persona con aneurisma pueda desarrollar un sangrado por ruptura del mismo o bien, reiteró, la muerte repentina.
Añadió que por tratarse de un problema congénito, es difícil hablar de prevención en materia de aneurisma intracraneal, pero recomendó realizarse estudios clínicos que puedan captar este tipo de problemas de salud que son altamente discapacitantes y mortales.
“Sobre todo, las personas con antecedentes familiares de eventos vasculares cerebrales, y que sea obesa, padezca diabetes, hipertensión, aterosclerosis, ovario poliquístico, o bien que fume, sea sedentaria y rebase los 40 años”, concluyó.
