Amor. Los asistentes tuvieron en común ver a los animales como iguales a los humanos, con los mismos derechos.
En mayo del 2010, defensores de los animales salieron a las calles de Durango a pedir leyes justas para los animales y justicia por la tortura y asesinato de un perrito de Nayarit, "Callejerito"; de nuevo se repite la consigna, pero no se trata de un caso foráneo: fue un caso de crueldad registrado en Durango.
Acompañados de veladoras, pancartas y algunos hasta con sus perros, al menos 300 personas, según conteo de organizadores, acudieron a la plaza IV Centenario a pedir de manera pacífica que se castigue a los estudiantes de Picardías, Lerdo, por matar a machetazos a una perrita, afuera de una escuela.
Este fue el primer punto a pedir, mas no el único, pues activistas y personas que tienen una mascota solicitaron frente al Congreso del Estado que el maltrato animal sea considerado dentro del código penal, ya que se considera sólo una falta administrativa, que según datos del Albergue Animal, de haberse registrado en el municipio de Durango el hecho de Lerdo, se ejercería multa de 295 pesos con cuarenta centavos, ya que el Reglamento para el Control de Mascotas del Municipio marca sanción por cinco salarios mínimos.
Kenia García Torres, miembro del grupo Nahum, insistió en que debe penalizarse a quienes comenten actos de crueldad animal y que no quede en una multa, ya que los asesinos seriales comienzan torturando animales, con lo que coincidieron algunos asistentes con mensajes de apoyo en sus pancartas.
Los grupos animalistas acordaron al final del acto otra actividad similar para el 30 de noviembre, en breve se emitirá la convocatoria.
Hablaron de no dejar morir la causa y continuar con la presión hasta que las autoridades actúen, tanto en la sanción como en la modificación de la ley estatal y del reglamento municipal.
La gente comenzó a reunirse a las 20:30 horas desde el Corredor Constitución, la plaza de Armas y en el punto de la cita, la plaza IV Centenario, quienes comenzaron a retirarse poco después de las 22:00 horas, luego de prender sus velitas.
JOSÉ ANTONIO RODRÍGUEZ/ El Siglo de Durango