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Animan a realizar el primer 'contacto rosa'

Salvan vidas. Para evitar cáncer de mama se debe realizar una autoexploración. (EL UNIVERSAL)

Salvan vidas. Para evitar cáncer de mama se debe realizar una autoexploración. (EL UNIVERSAL)

EL UNIVERSAL

Son 21 equipos y tienen tecnología digital. Son los lentes con los que se buscan y encuentran malignidades en los senos de las capitalinas. Con la red de mastógrafos del Gobierno de la ciudad de México se han salvado más de 621 vidas en los últimos cinco años. En las 16 delegaciones del Distrito Federal existe al menos una unidad de mastografía; por su densidad poblacional, Iztapalapa tiene tres y Gustavo A. Madero, dos.

La red cuenta con equipos de la más alta tecnología para tener imágenes con mayor nitidez y definición, detectar cualquier anomalía y comenzar el proceso de atención a la salud de las pacientes. Todo, de manera gratuita para ellas. Cuando inició este programa, en 2006, en la red se hacían cuatro mil mastografías al año. Según la Secretaría de Salud, esta administración concluirá con la realización de un millón.

Entre estos estudios, se han identificado más de seis mil casos sospechosos de malignidad que han sido enviados a hospitales de segundo nivel de atención.

 LOS PASOS HACIA LA VIDA

Martha, de 53 años de edad, va al Centro de Salud México-España en la delegación Miguel Hidalgo a tomar su terapia de lenguaje, luego de sufrir un infarto cerebral. Al terminar su consulta, personal de la clínica la invita a realizarse un estudio para revisar que sus senos estén sanos.

Elizabeth Miranda, médico general, la recibe en su consultorio y le pregunta su edad, a los cuántos años comenzó a menstruar, si tiene hijos, cuándo fue su primer embarazo, qué métodos anticonceptivos usa, si ya dejó de menstruar y cuándo debe hacerse la mastografía. Ella responde un poco nerviosa mientras la doctora escribe en su expediente. Luego le pide que se descubra de la cintura para arriba y le hace una exploración dirigida de sus senos. Todo está bien.

"Aquí recibimos a la paciente y con base en el interrogatorio y exploración física detectamos factores de riesgo para el desarrollo de cáncer", explica.

 MÁS VALE UN APACHURRÓN

Ana María Maravillas es una de las 21 técnicas radiólogas especializadas en cáncer de mama que laboran en la red del gobierno capitalino. Su capacitación le permite identificar posibles tumores desde la primera toma del mastógrafo. Con trato siempre amable, ayuda a las mujeres a calmar sus nervios frente al aparato y previo al "apachurrón" que implica este estudio. Al ver la toma, muestra al médico cualquier anormalidad que observe y si es necesario, éste le pide hacer otras complementarias con mejor definición de lo sospechoso.

Explica que normalmente se hacen cuatro proyecciones desde diferentes lados de la mama, pero "aquí hacemos dos adicionales. Mi responsabilidad es darle al médico todas las imágenes necesarias. Las tomas se hacen a distintos grados de inclinación para que no haya duda".

La calificación del mastógrafo se mide en escala BI-RADS (por su sigla en inglés) y va del 0 al 5. Si resulta 0, se deben hacer estudios complementarios. Si es 5, la probabilidad de cáncer es de 95%.

 UN VISTAZO EXTRA

Entre los estudios complementarios se cuenta el ultrasonido. María de la Luz Carranza, coordinadora del Centro de Diagnóstico Digital del Cáncer de Mama, de la clínica México-España, explica que éste se hace para recategorizar la lesión encontrada en la mastrografía.

"Generalmente se hacen en pacientes en las que detectamos nódulos, pero no sabemos si son sólidos o quísticos. Entonces se les vuelve a citar porque necesitamos caracterizarlos. Y ya si son sospechosos de ser malignos, se manda a hacer una biopsia", dice.

En el centro, hay una "cama Prona" que permite hacer biopsias especializadas del tejido para luego enviarlo a un estudio histopatológico.

"Este aparato es para las masas palpables o 'bolitas'. Se pone un aditamento como pistola que localiza la lesión. Aquí la mano del profesional es mínima, todo se manipula con el mastógrafo", dice José Garnica, director general de la clínica.

 DIGITALIZACIÓN E INTERPRETACIÓN

Cuando tienen los resultados de los estudios, los datos de cada paciente -de los 21 mastógrafos que funcionan en la red- pasan vía Internet a un servidor bajo alta seguridad.

Ahí se envían las placas de pacientes que dieron 4 o 5 de calificación I-RADS. Luego, un doctor especializado las evalúa con lupa electrónica para determinar el tipo de cáncer y su avance.

David Contreras, médico radiólogo para interpretación de mama, explica las tomas del seno de una mujer de 50 años: "cuando la mancha tiene una especie de picos o rayos de sol, que por fuera no es un nódulo y no se toca, sabemos que es una etapa intermedia porque no tiene crecimientos ganglionares en la axila, no tiene datos de metástasis, no hay retracción del pezón ni de la piel, pero estos rayos son altamente sospechosos", señala.

Luego de todo este diagnóstico, las autoridades médicas pasan al siguiente nivel de atención. "Dependiendo del resultado, tomamos las medidas a seguir, ya sea vigilancia anual o referencia a un segundo nivel de atención, al servicio de oncología", explica Garnica.

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Escrito en: campaña contra el cáncer de mama

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