Aprenden entre tierra y calor

Sin material didáctico, entre la tierra, polvo y el calor, alumnos de escuelas primarias de esta comunidad y de Huixtepec, pertenecientes al municipio de Ometepec, toman clases en aulas móviles y están en espera de que sus escuelas sean reconstruidas y rehabilitadas porque a más de dos meses del sismo del 20 de marzo, la ayuda no ha llegado.

En esta comunidad, cercana al epicentro del sismo de 7.4 grados en escala de Ricther -y que ha tenido 690 réplicas, según el Servicio Sismológico Nacional- los maestros y alumnos de la escuela primaria Rodrigo Ramos Añorve piden urgentemente la reconstrucción de 14 aulas que conforman la institución. Además, temen a los próximos días cuando empiezan las lluvias fuertes.

Padres de familia y maestros han ayudado a limpiar parte del terreno de la escuela que estaba lleno de monte seco, para colocar las aulas móviles y los mesabancos que son ocupados por dos o hasta tres niños que de manera incómoda toman las clases.

Las aulas móviles son más bien unas carpas blancas, con simulación de ventana, donde los rayos de sol calientan el techo y la lluvia se cuela por los lados. Los niños andan con uniformes sucios por la tierra.

La escuela Rodrigo Ramos Añorve tiene una matrícula de 274 alumnos en 14 aulas que conforma la institución que alberga 70% de los niños de la comunidad.

Todos fueron instalados en las aulas móviles hechas de material de hule sintético, colocadas desde hace 20 días.

Los profesores piden urgentemente a las autoridades educativas la construcción de su escuela antes de que las precipitaciones sean más fuertes.

La profesora Lorena López Camero, quien atiende el grupo 4-B, dice que las autoridades educativas les informaron que sólo les van a reconstruir su escuela y para evitar algún incidente ante los movimientos telúricos les enviaron las carpas, mismas que considera incómodas.

"Las carpas están bonitas", dice en tono sarcástico al tiempo que pregunta a sus alumnos cómo se sentían. "Mucho calor", "no cabemos", fueron las expresiones de los alumnos.

Los profesores dicen que con apoyo de los padres de familia acondicionaron las áreas donde se colocaron las aulas móviles; los pizarrones los instalaron en bases de herrería.

La profesora Lizbeth Romero Ramos menciona que los maestros están entre la incertidumbre al no saber qué va a pasar con la reconstrucción, pues no les han informado cuándo llegará el apoyo.

"Le pedimos a las autoridades que se apuren a trabajar para que nos saquen de aquí, porque nos afecta por el calor", platica la maestra, mientras se observa a los niños con sus cuadernos abanicándose ante el calor.

El profesor Eloy Valverde Martínez del 1-B también solicita que las autoridades de los tres niveles de gobierno agilicen la reconstrucción porque los movimientos telúricos siguen y no es seguro tomar clases adentro de los salones.

Dice que a pesar de que toman clases de manera incómoda no las han suspendido, sin embargo señala que hace falta usar bien el pizarrón y el material didáctico que antes colocaban en las paredes del salón de clases.

"No se tiene todo el material visual que se requiere para los niños de primer año, no podemos dejar el material a fuera porque se lo roban y viene la lluvia y todos se van a mojar, nos da miedo estar adentro de nuestros salones de clases porque sigue temblando y no es seguro".

La profesora del 4-A, Oneida Valverde, afirma que se han presentado casos de algunos niños deshidratados.

"Es incómodo para nosotros estar en esta carpa, igual para los niños que están entre la tierra, el polvo, algunos niños se nos han enfermado de gripa, tos; a la hora del recreo los mismos alumnos toman cubetas de agua y ayudan a regar para que no se levante el polvo, por eso decimos que es urgente la reconstrucción", menciona la maestra.

Los alumnos del 4-B, comenta, han pedido insistentemente un ventilador, su pizarrón multimedia y computadoras para trabajar.

 CLASES EN RIESGO EN HUIXTEPEC En Huixtepec, el director de la escuela primaria Adolfo López Mateo, Mauricio Santiago López, dice que los 15 salones y el área de cocina donde se prepara los alimentos de los alumnos sufrió daños por el sismo, y hasta el momento nada ha sido reparado.

Esta escuela, donde la matrícula es de 350 alumnos, sólo fue censada pero las cuarteaduras y los daños siguen.

"Estamos en riesgo, no tenemos otro lugar para trabajar y los niños toman clases en salones cuarteados, solicitamos aulas móviles desde que sufrimos los daños en los 15 salones que están cuarteados, pero no hemos tenido ninguna respuesta", comenta.

 FONDOS NO LLEGAN: AUTORIDADES El director del Instituto Guerrerense de Infraestructura Física Educativa (IGIFE), José Efrén López Cortés, señala que por el sismo del 20 de marzo un total de 48 escuelas en 38 municipios del estado tendrán que demolerse y construirse nuevas en su lugar.

Lamenta, dice, que hasta el momento no hayan llegado los recursos del Fondo Nacional de Desastre (Fonden), por lo que no se puede iniciar la reconstrucción de escuelas ni mucho menos la rehabilitación de 136 más.

"Todavía no iniciamos la reconstrucción porque no han liberado los recursos del gobierno federal donde se requiere; del sismo del 10 de diciembre son 13 millones de pesos; y del 20 de marzo se necesitan 120 millones de pesos", dice.

En total son 89 millones de pesos los requeridos, explica.

"Hemos iniciado en Huajintepec una escuela primaria, Caritino Maldonado Pérez, con recursos estatales, esperando que posteriormente el Fonden o el seguro nos devuelvan el recurso".

Para que los niños no continúen las clases en salones cuarteados, mientras inicia la reconstrucción, se instalaron las 150 aulas móviles que fueron rentadas, menciona. Además, señala, no se puede iniciar con la reconstrucción de escuelas hasta que la aseguradora determine y verifique cuáles son las escuelas dañadas, pues si el Instituto Guerrerense de Infraestructura Física demuele las instituciones educativas y se empiezan a construir el seguro no las pagaría.

Comenta que la mayoría de las escuelas dañadas y que se van a demoler están en comunidades del municipio de Cochoapa El Grande, en la región de la Montaña, así como los municipios de Igualapa, Tlacoachistlahuaca y las comunidades de Huajintepec y Huixtepec, perteneciente al municipio de Ometepec, en la Costa Chica del estado.

El funcionario del IGIFE asegura que en la comunidad de la Ladrillera, perteneciente del municipio de Ometepec, se inició la construcción de una escuela; en Cuajinicuilpa se levantaron las bardas de otra, pero todo, aclaró, se ha hecho con recursos del gobierno del estado.

Comentó que se busca incluir con la aseguradora 300 escuelas adicionales que se tienen registradas con daños en otros municipios y que no fueron tomados en cuenta en el Fonden.

 MAESTROS EN PARO TAMBIéN RECLAMAN Maestros de comunidades de la Costa Chica y el centro del estado que han acudido a Chilpancingo a manifestarse como parte de las movilizaciones de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) también han alzado la voz para pedir que se restauren los planteles donde imparten las clases.

En el caso de Apango, municipio de la región centro, el maestro de la primaria Pablo L. Sidar, fundada en 1920, Félix Dircio Abrajan, afirma que él da clases en la plaza pública del pueblo porque temen volver a los salones de clases que tienen cuarteaduras.

Explica que hace diez días los profesores y maestros hicieron una asamblea en la que determinaron que los niños no deberían exponerse en las aulas, por lo que seguirían las clases en el área pública.

Carmela Guadalupe, maestra de la primaria Revolución Mexicana en Ometepec y entrevistada en el plantón de la CETEG en la capital del estado, reclama las condiciones en las que tienen que impartir las clases. Asegura que dar las sesiones educativas afuera de las aulas hace que los alumnos no se concentren igual que en condiciones normales.

Maestros de las escuelas José López Portillo y Juan Escutia, en la comunidad Chimalapa del municipio de Igualapa, denuncian que las autoridades no acudieron a revisar los daños a sus planteles. Sin embargo, afirman, las aulas también tienen paredes en mal estado y los techos, por lo que también se salieron de los salones para dar clases bajo árboles o en lugares más seguros.

"No podemos exponer a los niños y que se les caigan encima las aulas porque sigue temblando constantemente; aunque sea incómodo darles clases bajo árboles, porque no ponen la misma atención, es preferible hacerlo así a tener que lamentar daños", señalaron.

Mientras, la temporada de huracanes ya inició en el Pacífico y algunas lluvias ya llegaron. La esperanza de todos los maestros es que éstas no se intensifiquen antes de que llegue la ayuda. (Con información de Juan Cervantes).