Aprendiendo a estudiar
Aprender a estudiar, no es una tarea exclusiva del alumno. Así es, pues es una actividad que definitivamente está ligada a la atención que proporcionan los padres a los hijos y a los hábitos que se establecen.
La psicóloga especialista en Educación, Julieta Machado Fernández, asegura que para aprovechar el tiempo de estudio, es necesario tomar en cuenta varios factores. El principal es contar con un lugar apropiado, tener el material necesario, estar alejado de distractores y en ocasiones influye el acompañamiento que se tiene.
Y por otra parte, las herramientas que el maestro a través de la escuela proporciona al alumno. Finalmente y la más importante, las capacidades del alumno, que al identificarlas las utiliza para establecer una estrategia o técnica de estudio apropiada para este fin; los cuales pueden ser diversos.
Para realizar las tareas en casa, depende la edad en la que se encuentre el estudiante. Por ejemplo, en el caso de los pequeños de edad preescolar o temprana, los padres deben involucrarse en el quehacer escolar, desarrollando horarios apropiados entre alimentos, tareas, sueño diurno, juego, televisión, entre otras actividades.
De acuerdo con la especialista, es necesario que los padres establezcan reglas y normas, así como un lugar apropiado como una mesa o silla con el alcance de los materiales a utilizar, lo más importante como padre y figura de autoridad, es contar con una actitud positiva hacia el estudio.
“Seguramente en un futuro, un niño a quien se le han establecido hábitos, poco a poco hará modificaciones de acuerdo a sus necesidades y habilidades de estudio”, recalcó Julieta Machado.
El adolescente por lo general presenta más problemas para estudiar principalmente por la etapa que atraviesa, además de las diversas actividades en las que se involucra, sin embargo, es la edad propicia también para establecer hábitos si no los posee.
Las estrategias de enseñanza son las que el maestro emplea dentro del aula para generar el aprendizaje en el grupo, mientras las estrategias de aprendizaje son las que emplea el alumno para estudiar, las cuales estarán reguladas por el mismo, sin embargo, las recomendaciones básicas para dicha actividad en casa son las siguientes: un lugar adaptado y cómodo para realizar las tareas donde el alumno encuentre todas las herramientas necesarias a la mano, como la computadora (evitando el chat mientras se trabaja). El espacio debe estar perfectamente ventilado, agradable, sin interrupciones y sin distractores como la televisión o la música.
Contar con un método de estudio que puede ser regulado y establecido por el estudiante o por sus padres. Desde la organización de los horarios, hacer una administración adecuada del tiempo, utilizar las tecnologías de la información como investigación complementaria y reconocer sus habilidades para estudiar; algunos aprenden más de manera auditiva, visual, kinestesica o manual “puesto que nuestros sentidos juegan un papel muy importante. Lo primordial es contar con un lugar y un ambiente en el que el estudiante se sienta cómodo y con todo lo que pueda apoyar a la elaboración de sus tareas”, explica la psicóloga.
Establecer horarios e instaurar acuerdos con los niños o jóvenes es necesario. Puede ser desde ver la televisión, jugar o hacer un deporte por un par de horas, pero no que éstas absorban toda la tarde dejando las tareas hasta la noche, puesto que pueda darse el caso de quedarse dormidos por el cansancio.
Cuando hay mucha tarea, lo ideal es comenzar temprano, después de comer y tomar un descanso no más de 30 min, comenzando con lo más complicado, si después de una hora el estudiante siente cansancio o aburrimiento, puede hacer un receso de 15 minutos para seguir, para finalmente terminar con la tarea menos pesada.
Una rutina necesaria
Establecer una rutina es necesario. Y no solo en cuestiones escolares sino también en las personales. Como ejemplo se tienen las horas de comer, el aseo personal, tiempo de esparcimiento, los momentos que se comparten en familia, ya que son vitales para el desarrollo de la personalidad y la autoestima del niño, el adolescente y el joven.
“Algo que cabe mencionar es el acompañamiento de los padres en las tareas o en los aprendizajes que tan sutilmente podemos poner en práctica mientras están en el súper de compras, viendo un programa de televisión o en una conversación, cuestionando, investigando que tanto sabe el niño, pero sobre todo mostrando una actitud solidaria y positiva ante el estudio tomando un tiempo para leer un libro en conjunto o actividades relacionadas”, explicó Machado Fernández.
En el caso de que el estudiante saque malas notas pese a que hace siempre sus tareas, la especialista recomienda dialogar con los maestros, saber sus juicios, y el porqué de las notas ¿qué falto?, observar al niño, escucharlo, si es necesario buscar ayuda para determinar qué es lo que está pasando, analizando todo lo ya mencionado.
Como padre es necesario preguntarse: ¿he establecido horarios y hábitos de estudio? ¿Inculco con acciones y palabras que el estudio y el aprendizaje son no solo necesarios sino importantes en mi vida? ¿He acondicionado un lugar para que haga la tarea cómodamente? ¿Proveo con entusiasmo os materiales necesarios para la elaboración de las tareas? ¿Acompaño el estudio del niño cuando me pide ayuda o muestra dificultad?
Falta de atención
La falta de atención nos puede indicar problemas tal vez de tipo familiar, si hay discusiones en casa, esto será reflejado en el niño, su comportamiento y su autoestima. Incluso el cómo nos dirigimos a él, positivamente o negativamente, diciéndole que puede mejorar o claramente evidenciando sus errores o equivocaciones.
“Por otra parte, el tema de la alimentación es muy importante, y necesaria para que el cuerpo y la mente de quien estudia esté en condiciones de aprender”, comenta la psicóloga Julieta Machado.
Igualmente mantenerse al tanto con apoyo del maestro, y saber el porqué no pone atención, y descartar otro tipo de problemáticas que tuvieran que ver con lo mental.
Por último, la psicóloga recomienda motivar a los hijos en el estudio mostrando una actitud entusiasta y positiva hacia la escuela, el aprendizaje, la investigación y las tareas; remarcando la importancia del saber, para hacer y para ser. Además felicitarlo por sus aciertos, sus mejoras, que aunque pueden ser pequeñas deben ser mencionadas; mientras que cuando sea lo contrario, simplemente corregir con tranquilidad.