Fátima Báñez, ministra de Empleo y Seguridad afirma que la reforma busca atajar la grave crisis económica que se vive en España. ARCHIVO
El Consejo de Ministros aprobará mañana una reforma laboral que llega cargada de polémica y que pretende mejorar la difícil situación de desempleo que afecta a España, con casi el 23 por ciento de la población activa sin trabajo.
Según avanzó la ministra española de Empleo y Seguridad, Fátima Báñez, la reforma laboral, una de las medidas lanzadas por el Gobierno de Mariano Rajoy para atajar la grave crisis económica que sufre este país, pretende simplificar las modalidades de contratos de trabajo y cambiar el modelo de formación profesional.
Además, apuesta por reorientar las bonificaciones a la contratación y las políticas activas de empleo para que sea una "realidad" la ocupación de los jóvenes, el sector de la población más afectado por el desempleo.
También disminuirá las prejubilaciones, excepto en casos excepcionales, según el Ministerio de Empleo.
Estas medidas llegarán dos días después de que el presidente del Gobierno español admitiera ayer que la situación respecto al desempleo, con una tasa del 22,9 por ciento, es "crítica" en España y que empeorará en 2012.
"Es difícil pensar en un punto de partida peor para una legislatura", dijo Rajoy, cuyo Gobierno asumió sus funciones el pasado mes de diciembre, después de que el conservador Partido Popular ganara las elecciones generales del pasado 20 de noviembre.
Ayer también, el BBVA, uno de los principales bancos españoles, previó que la tasa del desempleo podría aumentar en España hasta el 24,4 por ciento este año y hasta el 24,6 por ciento en 2013.
Báñez descartó que se vaya a implantar un contrato único, porque es "inconstitucional", dijo, o que se vayan a poner en marcha "miniempleos (minijobs en inglés), que tienen una jornada más reducida y un salario menor.
Según la ministra, la reforma laboral será "completa, equilibrada, operativa y útil", algo en lo que también coincidió el presidente del Gobierno, quien añadió que será "amplia y profunda".
Sus tres ejes son lograr más estabilidad en el empleo, más flexibilidad interna en las empresas para que no se recurra al despido como única medida de ajuste y más derechos para los trabajadores, especialmente en cuanto a formación profesional.
Báñez no ha explicado a los sindicatos mayoritarios españoles, CCOO y UGT, los aspectos concretos de la reforma laboral, lo que les ha molestado hasta tal punto que el secretario general de UGT, Cándido Méndez, acusó al Gobierno de vulnerar el derecho de las centrales sindicales a la información.
El secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT) calificó hoy esta situación de "surrealista" e "infantil", y consideró que el Gobierno actúa como si se tratase de un "protocolo secreto".
Desde Comisiones Obreras (CCOO) se ha exigido al Gobierno que convoque la mesa de diálogo social tripartita (con los empresarios) para que les explique los cambios, algo que por ahora no está previsto.
De momento, los sindicatos no contemplan la convocatoria de una huelga general como medida de rechazo.