Por primera vez en su historia, Turquía se prepara para aprobar una Constitución redactada por un Parlamento democrático, no dictada por militares y que llega en tiempo de paz y no impuesta por guerras, revoluciones o golpes de Estado.
"La demanda de una nueva Constitución es paralela a la demanda de democratización. Desafortunadamente, la atmósfera reinante en el país está lejos de democratizarse", declaró hoy a Efe el diputado prokurdo Sirri Süreyya Önder, miembro de la comisión parlamentaria que comenzará a debatir mañana el texto de la nueva Carta Magna.
Önder, del partido prokurdo Paz y Democracia (BDP), explicó que hoy ha concluido la etapa de recogida de opiniones de la sociedad civil, una iniciativa que, bajo el nombre de "Turquía habla", ha recogido los pareceres de 6,500 personas, dos tercios de ellas ciudadanos escogidos al azar mediante llamadas a teléfonos móviles.
Pese a los déficit democráticos que el diputado prokurdo aún ve en el país, Önder subrayó que la nueva Constitución, que se espera quede aprobada a finales de año, "será la primera redactada por un Parlamento y representará de forma legítima a la mayor parte del pueblo".
Durante la recogida de opiniones, la comisión constituyente ha escuchado las opiniones de muchas ONG, partidos extraparlamentarios, sindicatos, asociaciones y otros grupos cívicos.
"Fue un proceso muy útil. He podido observar que los miembros de la comisión quedaron impresionados por algunos conceptos nuevos para ellos, como la importancia de la ecología, los derechos de la infancia y la lucha contra la discriminación sexual", indicó.
La nueva Carta Magna está llamada a sustituir definitivamente la impuesta tras la asonada militar de 1980.
Aunque aquel texto ha sido enmendado y reformado en dos terceras partes, la esencia de la ley no se ha alterado y muchos señalan lo extraño que resulta que se esté empezando a juzgar a los generales responsables de ese golpe, mientras sigue vigente la Constitución que ellos redactaron.
Cada vez que Turquía se ha dotado de una nueva Constitución -en 1876, 1921, 1924, 1961 y 1982- fue como consecuencia de una guerra, una revolución o un golpe de Estado.
El trabajo que la comisión comienza mañana promete ser complicado, habida cuenta de los desacuerdos en temas esenciales, como la situación de las minorías, en especial la kurda, o el debate entre un Estado centralizado o uno donde las administraciones locales tengan más autonomía.
"Ya hemos documentado los temas que son comunes en todas las constituciones occidentales y podremos empezar con los puntos en los que hay ya consenso", detalló el diputado.
El primer obstáculo a superar será definir si habrá preámbulo, qué expresará y si habrá artículos que la propia Constitución defina como inmutables, como ocurre ahora.
"Las partes más difíciles de consensuar estarán relacionadas con la cuestión kurda", añadió el diputado del BDP, conocido por su defensa de los kurdos, el grupo étnico que forma más de la quinta parte de la población de Turquía.
Cada uno de los cuatro partidos en el Parlamento tiene a dos diputados en la Comisión, por lo que las opiniones del BDP tendrán, en principio, el mismo peso que las del nacionalista MHP, opuesto a que se reconozca como oficial lengua alguna que no sea la turca, el socialdemócrata CHP y el islamista moderado y gubernamental AKP.